• Se puede decir que en "gran parte" de Iberoamérica, "la política está enferma, muy enferma", aseguró Francisco.
  • "Cuando Jesús nos mira, no piensa en lo perfectos que somos, sino en todo el amor que tenemos en el corazón para brindar y servir a los demás. ¿Cuánto amor tengo yo en mi corazón?", preguntó el Santo Padre a los peruanos.
  • "Hoy el Señor te invita a caminar con Él la ciudad, tu ciudad. Te invita a que seas su discípulo misionero", añadió.
Durante un encuentro con obispos peruanos, el Papa Francisco esbozó una lapidaria frase sobre la corrupción en Hispanoamérica. "La política está enferma, muy enferma", consideró el Sumo Pontífice, al deplorar los estragos de la corrupción. Su Santidad hizo referencia también al caso particular de Perú, al interrogarse: "¿Qué le pasa a Perú, que cuando cuando uno deja de ser presidente lo meten preso?". "(Ollanta) Humala, está preso, (Alejandro) Toledo está preso (vive en Estados Unidos y sobre él pesa una orden de extradición), (Alberto) Fujimori estuvo preso hasta ahora, Alan García, que está que entro o no entro. ¿Qué pasa?", indicó el Sumo Pontífice, recogió Infobae. Luego, a los jóvenes peruanos les dijo: "No te maquilles el corazón", según recoge Zenit: "Cuando Jesús nos mira, no piensa en lo perfectos que somos, sino en todo el amor que tenemos en el corazón para brindar y servir a los demás. ¿Cuánto amor tengo yo en mi corazón?". El Papa pidió fortaleza de espíritu a los jóvenes: "Hay momentos donde pueden sentir que se quedan sin poder realizar el deseo de sus vidas, de sus sueños. Todos hemos pasado situaciones así. Queridos amigos, en esos momentos donde parece que se apaga la fe no se olviden que Jesús está a su lado. ¡No se den por vencidos, no pierdan la esperanza!". Luego, el Papa celebró una misa en la Base Aérea Las Palmas donde lo acompañaron más de 1,3 millones de fieles, en la que dijo: "Jesús sigue caminando por nuestras calles, sigue al igual que ayer golpeando puertas, golpeando corazones para volver a encender la esperanza y los anhelos: que la degradación sea superada por la fraternidad, la injusticia vencida por la solidaridad y la violencia callada con las armas de la paz", según Aciprensa. "¿Qué buscamos? Unidos a Jesús buscamos lo que Él busca: un país más unido y solidario; una familia, verdadera escuela de fe y portadora de nuestras tradiciones; una sociedad más honesta y transparente donde la corrupción no impida la atención a todos, especialmente a los más pobres; un santo pueblo de Dios que reclama su dignidad con esperanza y en paz". "¿Cómo encenderemos la esperanza si faltan profetas? ¿Cómo encararemos el futuro si nos falta unidad? ¿Cómo llegará Jesús a tantos rincones, si faltan audaces y valientes testigos?", cuestionó. "Hoy el Señor te invita a caminar con Él la ciudad, tu ciudad. Te invita a que seas su discípulo misionero, y así te vuelvas parte de ese gran susurro que quiere seguir resonando en los distintos rincones de nuestra vida: ¡Alégrate, el Señor está contigo!", concluyó su homilía. «Conviértanse –exhortó el Papa a los fieles peruanos–, el Reino de los Cielos es encontrar en Jesús a Dios que se mezcla vitalmente con su pueblo, se implica e implica a otros a no tener miedo de hacer de esta historia, una historia de salvación». Francisco recordó que el país sudamericano es tierra de esperanza y les dijo a los jóvenes que "no son el futuro, sino el presente de Perú. A ellos les pido que descubran en la sabiduría de sus abuelos, de sus ancianos, el ADN que guió a sus grandes santos". "Chicas y chicos por favor no se desarraiguen. Abuelos y ancianos, no dejen de transmitir a las jóvenes generaciones las raíces de su pueblo y la sabiduría del camino para llegar al cielo. A todos los invito a no tener miedo a ser los santos del siglo XXI". «Queramos unirnos a Jesús», dijo, porque «[Jesús] conoce nuestro dolor y nuestras pruebas; soportó el mayor de los sufrimientos para acompañarnos en nuestras propias pruebas. El Jesús crucificado quiere estar cerca de nosotros en cada situación dolorosa, darnos una mano y ayudarnos a levantarnos», exclamó el Santo Padre. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com