• Francisco puede batir en Filipinas el récord de fieles que ostenta San Juan Pablo II: seis millones en una misa
  • En la anterior visita del papa polaco, este congregó -también en Filipinas- a cuatro millones de personas.
  • Y es que el país asiático alberga a más de 90 millones de personas, de las cuales la gran mayoría, un 85 por ciento aproximadamente, es católica, debido a su pasado español. 
  • Durante su estancia en el país, Francisco se reunirá con los supervivientes del tifón Yolanda, que golpeó Filipinas en 2013 y sostendrá un multitudinario encuentro con las familias.

El Papa Francisco (en la imagen) se despidió de Sri Lanka, la 'Perla del Oceáno Índico', y partió rumbo a Filipinas, a donde ya ha llegado.

El acto de despedida de Sri Lanka fue la visita al Santuario de Madhu, donde pronunció un discurso en el que resaltó que la Virgen María nunca olvida a sus hijos y ayuda a curar las heridas, a llevar la paz, especialmente en esta tierra que fue golpeada por una guerra civil que duró 30 años y cobró la vida de miles de personas.

En el avión hacia Filipinas, el Santo Padre ha hecho unas declaraciones a los periodistas en las que ha afirmado que que la libertad de expresión tiene sus límites y que no se puede provocar ni ofender a la religión, al referirse, aunque sin citarlo, al atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo en París.

El Pontífice ha dicho que tanto la libertad de expresión como la libertad religiosa "son derechos humanos fundamentales". "Tenemos la obligación de hablar abiertamente, de tener esta libertad, pero sin ofender", ha añadido, según declaraciones recogidas por Efe.

El Papa ha dicho también que detrás de todo atentado suicida "hay un desequilibrio humano" y que quienes los cometen carecen de "un verdadero equilibrio sobre el sentido de su vida y la de los demás". "Ofrecen su vida, pero no por el bien", ha agregado. Francisco ha opuesto las acciones de los terroristas suicidas a las de los misioneros, que "dan la vida, pero para construir".

Pero, como decimos, el Santo Padre ya ha aterrizado en Manila (Filipinas), donde ha sido acogido calurosamente, como corresponde a un pueblo de más de 90 millones de personas, de las cuales la gran mayoría, un 85 por ciento aproximadamente, es católica. Ello se debe, no está de más recordarlo, a su pasado español.

También hay que recordar que en la visita de San Juan Pablo II a Filipinas en 1995 fueron cuatro millones de personas las que participaron con él de la Misa de clausura de la X Jornada Mundial de la Juventud. Pero se cree que en la Eucaristía en el Parque Rizal de Manila el domingo 18 de enero habrá unos seis millones de fieles, debido a la devoción de los filipinos.

Se trata, además, de la primera visita a Filipinas de un Papa en 20 años, que permanecerá en el país hasta el 19 de enero. Pro ello, hay medidas de seguridad extremas, con más de 40.000 soldados movilizados.

Tras su bajada del avión, el Papa y el presidente filipino, Benigno Aquino, se han reunido unos minutos en una sala del aeropuerto. Después, la multitud que lo recibió, emocionada, cantó "Bienvenido Papa Francisco".

Flamantes banderas filipinas y del Vaticano flanqueaban las largas avenidas que recorrió el convoy del pontífice, así como numerosos carteles con la imagen del papa Francisco que le dan la bienvenida con el tradicional saludo filipino, "mabuhay".

Está previsto que durante su estancia en el país, Francisco se reúna con los supervivientes del tifón Yolanda, que golpeó Filipinas en 2013 y sostendrá un multitudinario encuentro con las familias.

En la capital, donde residen 12 millones de personas y que es una de las metrópolis con mayor densidad de población del mundo, varios días de la visita han sido declarados festivos para permitir a los filipinos asistir a los eventos papales, a quienes las autoridades piden calma constantemente para tratar de evitar avalanchas humanas.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com