Sudán del Sur y Sudán del Norte se han convertido estos días en protagonistas de la actualidad, pero por diferentes motivos.

En un gesto de humildad que conmovió a los asistentes, el Papa Francisco se arrodilló y besó ayer jueves los pies de los enfrentados líderes de Sudán del Sur con el fin de alentar el proceso de paz. El pontífice instó al presidente sursudanés, Salva Kiir Mayardit, y al opositor Riek Macharel, a proceder con el acuerdo de paz que firmaron el año pasado, pese a las crecientes diferencias. Palabras que selló con un rezo conjunto y un beso de rodillas, recoge La Vanguardia.

“Expreso mi sincera esperanza de que finalmente cesen las hostilidades, que se respete el armisticio, que se superen las divisiones políticas y étnicas, y que haya una paz duradera para el bien común de todos aquellos ciudadanos que sueñan con comenzar a construir la nación”, dijo Francisco en este retiro de carácter diplomático y ecuménico.

“La mirada de Dios se dirige especialmente a vosotros, es una mirada que ofrece paz. Pero hay otra mirada dirigida a vosotros: la de vuestro pueblo, y expresa su ardiente deseo de justicia, reconciliación y paz”, continuó el Papa

“La mirada de Dios se dirige especialmente a vosotros, es una mirada que ofrece paz. Pero hay otra mirada dirigida a vosotros: la de vuestro pueblo, y expresa su ardiente deseo de justicia, reconciliación y paz”, continuó el Papa.

La vicepresidenta de Sudán del Sur, Rebecca Nyandeng Garang, señaló que las acciones del pontífice la conmovieron profundamente. “Nunca había visto algo así. Las lágrimas brotaban de mis ojos”, expresó.

Sudán del Sur, de mayoría de población cristiana, obtuvo su independencia al separarse del Norte árabe y musulmán en 2011, pero a finales de 2013 se sumió en un conflicto civil provocado por la rivalidad entre el presidente Kiir y su entonces vicepresidente Machar. El sangriento conflicto se cobró la vida de al menos 400.000 personas.

En septiembre pasado, firmaron un acuerdo de paz en Adís Abeba, pero la confrontación había causado ya cuatro millones de desplazados y una grave crisis humanitaria.

La reunión de dos días en el Vaticano se llevó a cabo un mes antes del final del período de pre-transición de un acuerdo de paz todavía frágil

La reunión de dos días en el Vaticano se llevó a cabo un mes antes del final del período de pre-transición de un acuerdo de paz todavía frágil. El 12 de mayo, se espera que el líder opositor Machar regrese a Sudán del Sur y una vez más se desempeñe como diputado de Kiir.

El jueves, un golpe militar en Sudán del Norte alimentó las preocupaciones en Sudán del Sur de que el derrocamiento del antiguo presidente Omar al Bashir podría descarrilar el ya inestable acuerdo de paz. “Sudán nos ha ayudado con el acuerdo de paz. Esperamos que el nuevo sistema también se enfoque en el acuerdo, asegurando que se implemente”, dijo el líder opositor Machar, quien asistió a una velada de oración por la paz, que tuvo lugar en una iglesia de Roma.

Y es que, tras una serie de protestas antigubernamentales que iniciaron a mediados de diciembre de 2018, este jueves un sector de las fuerzas armadas de Sudán del Norte liderado por el ministro de Defensa y vicepresidente Ahmed Awad Ibn Ouf, ejecutó un golpe de Estado contra el presidente constitucional Omar al-Bashir, mandatario de esa nación desde 1989, informa TelesurTV.

El jefe de Estado depuesto permanece arrestado en su domicilio, en tanto Ibn Ouf anunció la suspensión de la Constitución vigente y la declaración de un estado de emergencia que se prolongará por los próximos tres meses.

El titular de Defensa sudanés indicó además que liderará junto al Ejército un Consejo Militar de transición política por dos años y luego convocará a elecciones generales.

El jefe de Estado depuesto en Sudán del Norte permanece arrestado en su domicilio, en tanto Ibn Ouf anunció la suspensión de la Constitución vigente y la declaración de un estado de emergencia que se prolongará por los próximos tres meses

Las manifestaciones en el país del norte africano estallaron a fines del año pasado cuando el Gobierno autorizó una subida de casi el 300 por ciento en el precio del pan y otros productos básicos, en un contexto de escasez y profunda crisis económica, pero rápidamente tomaron un viso político en contra de la figura del ahora derrocado al-Bashir.

Durante los últimos cinco días, miles de ciudadanos habían permanecido concentrados frente al cuartel general de las fuerzas armadas en Jartum (capital) reclamando la dimisión del mandatario. Sin embargo, con el golpe de Estado consumado, los manifestantes expresaron este jueves su rechazo a los nuevos gobernantes.

Las autodenominadas Fuerzas de la Declaración de Libertad y Cambio, una coalición de supuestos grupos de la sociedad civil, denunció a través de un comunicado el "inaceptable golpe de Estado interno y militar” perpetrado por el Ejército.