El obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, ha sido elegido nuevo secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), en el marco de la 112ª Asamblea Plenaria. La gran incógnita es si echará o no al vicesecretario de Asuntos Económicos de la CEE, el laico Fernando Giménez Barriocanal, es decir, cómo interaccionará con él, dado que este último se llevaba muy bien con el predecesor de monseñor Argüello, José María Gil Tamayo (nombrado obispo de Ávila a principios de mes).

Conviene no olvidar que el cardenal y arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha criticado a Giménez Barriocanal en varias ocasiones por tener varios cargos: no solo es el encargado de los temas económicos en la Conferencia Episcopal, también es presidente de la Cadena COPE. Recuerden que en marzo del año pasado dejó de presidir 13TV, puesto que dejó en manos de Julián Velasco y ahora la cadena está quebrada.

El cardenal Blázquez imita al cardenal Rouco: deja a su adjunto, el obispo Argüello, como nuevo secretario general, para cinco años 

El presidente de los prelados españoles, el cardenal y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, imita el movimiento de su predecesor, el cardenal Antonio María Rouco Varela: en 2014, este último (que acababa mandato) dejó a su ‘número dos’, Juan Antonio Martínez Camino (hoy obispo auxiliar de Madrid), en el cargo de secretario general de la CEE. Pues bien, Blázquez termina su segundo mandato en 2020 y ahora deja a su número dos y hombre de confianza en la archidiócesis vallisoletana, Argüello, en el puesto de secretario general para los próximos cinco años.

El nuevo secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal tiene 65 años y nació en Meneses de Campos (Palencia), "un pequeño pueblo de la vieja Castilla", según señala que le dice su padre, donde en invierno apenas viven unas 50 personas. Pero casi se le puede considerar de Valladolid: allí fue al colegio, a la Universidad y cursó los estudios eclesiásticos. Fue ordenado sacerdote el 27 de septiembre de 1986 para la archidiócesis de Valladolid, donde ha tenido distintos cargos, entre ellos: vicario episcopal, delegado de Pastoral Vocacional y rector del seminario diocesano (1997-2011, donde desde 1986 había sido formador). En la primera rueda de prensa tras su elección, el nuevo secretario general y portavoz de la CEE ha señalado que ser de un pequeño pueblo, la Universidad (donde estudió Derecho y en la que trabajó también), su padre y su madre ("sin ella no sería creyente") o los años en el colegio de los Hermanos de La Salle y en el seminario le han marcado. 

Monseñor Argüello critica a las mafias que hacen negocio con la migración, defiende la actuación en los países de origen y también la acogida, y considera que Europa ha perdido su identidad cristina

Monseñor Argüello parece bastante sensato a juzgar por algunas de sus declaraciones durante este año. Por ejemplo, arremetió contra las mafias que “hacen negocio” con la migración y consideró que “es importante atender en los lugares de origen”, algo que debe ser compatible con una cultura de acogida, según recogió Periodista Digital. Al hilo de esto, criticó que “Europa ha perdido su identidad cristina”, por lo que a los europeos les cuesta entenderse “con personas de otras identidades” y “no es extraño” que algunas se muestren en contra por su “miedo al extraño”. 

En relación a algunas inmatriculaciones realizadas en la Diócesis de Valladolid ha defendido que la Iglesia siempre ha actuado “conforme a la legalidad vigente”, como informó ABC. Y el pasado mes, monseñor Argüello ensalzó la figura de Isabel I como “mujer, católica y reina”, la evangelización que se hizo al llegar a América y recalcó que “las personas con autoridad deben estar al servicio del bien común, por encima de cualquier interés personal”, según La Vanguardia.

No es periodista, pero conoce a los medios: ustedes tienen que hacer titulares, lo que implica concentrar y, a veces, descentrar 

Respecto al cargo de portavoz, conviene señalar que monseñor Argüello no es periodista como Gil Tamayo y por eso contará con la ayuda de la Oficina de Comunicación de la CEE. Monseñor Argüello ha afirmado que "una buena comunicación pide un punto cero: escuchar", a la sociedad y a los obispos porque "no hay Iglesia sin obispo, pero la Iglesia no somos sólo los obispos, también el pueblo". Considera que los medios son muy importantes, pero supone un riesgo: "ustedes tienen que hacer titulares, lo que implica concentrar y, a veces, descentrar". Por todo ello, ha hablado de una relación de "colaboradores y amigos, en la que estamos llamados a respetar el trabajo de cada cual". Como portavoz quiere "ser fiel a lo que la comunión de obispos respire y habrá algunos temas más fáciles, como impuestos e inmatriculaciones, y otros más dolorosos como los abusos", y con algunos de estos ya ha tenido que tratar en la archidiócesis vallisoletana. 

Algunos le tachan de ser de la cuerda del Papa Francisco, a lo que Monseñor Argüello ha recordado que el Santo Padre insiste en que "la Iglesia no es una esfera sino un poliedro donde caben distintos acentos". Además, ha añadido que con el Gobierno no sólo le gustaría hablar de educación, sino de otros temas, pues está convencido de que "la Iglesia tendrá un hombro que arrimar en la reconfiguración del Estado del bienestar" y puede "aportar una mirada más compasiva que acompañe en la enfermedad, por ejemplo", aunque tiene un desafío misionero enorme e inédito por el aumento de la secularización que no sólo afecta a la Iglesia sino a toda la sociedad.