Cunde el nominalismo en la política española. Bueno, un nominalismo pedestre, consistente en la adolescente pretensión de que, si les das nombre a los deseos, los conviertes en realidad. Nombrar no es crear.

Pues bien, que dice don Albert Rivera, primer discípulo de la frivolidad masónica (sí, Ciudadanos es el partido favorito de la masonería, aunque el líder favorito de las logias ocultas sea Pedro Sánchez) tan de moda en España, que lo que hay que hacer es considerar familia numerosa a toda pareja que tenga dos hijos, así como a las familias monoparentales, es decir, a las madres solteras… que suelen tener un solo hijo.

El mismo nominalismo de Pedro Sánchez con las pensiones: si las convierto en derecho constitucional… ¡obtendré el dinero para pagarlas!

De todas maneras, no se apuren: la ayudas a las familias numerosas en España son mínimas, sobre todo porque las feministas, nuestras peores ciudadanas, nos han convencido de que la marginada es la mujer, cuando la marginada es la madre.

Ahora bien, la condición de familias numerosas siempre se otorgó al matrimonio que se atrevía con cuatro hijos. Entre otras cosas porque la mera tasa de reposición exige más de 2,1 niños por pareja. Con dos vástagos ni tan siquiera ‘reponemos’, con lo que el país, al igual que toda la Europa actual, se inclina hacia la consunción y, a corto plazo, para ya mismo, al envejecimiento de la población… que constituye el principal problema económico y social de España.

Mientras, Europa ya advierte sobre el déficit oculto creado por la demagogia socialista

Es lo mismo que pretende Pedro Sánchez, otro nominalista adolescente, cuando nos dice que, para asegurar el pago de pensiones a esa población envejecida, va a blindar ese pago en la Constitución.

¿Y qué? Para abonar la nómina de las pensiones no necesita usted cambiar la Carta Magna ni poner su deseo en letras de molde ante las cámaras de RTVE: lo que necesita es el dinero que sale de los cotizantes jóvenes, que son cada vez menos, mientras los jubilados son cada vez más.

Y en el entretanto, Europa ya advierte que los regalos de don Pedro Sánchez, el de las Mercedes, con los que se está pagando con dinero público, y desde Moncloa, su campaña electoral para el 28-A, ya están generando un “déficit oculto” que tendremos que pagar entre todos.