• Crisis de identidad en nuestro país y en el resto del grupo.
  • Los alemanes no saben qué hacer con una filial centrada en banca doméstica pero con muy poca presencia.
  • Y el grupo aún arrastra los pecados del pasado.
  • Junto al exministro de Aznar, se incorpora al consejo Ana Peralta Moreno, ex consejera de Banco Etcheverría (ahora Abanca) y ex directora de riesgos de Bankinter y Pastor.

Al pobre de Eduardo Serra Rexach no le hace caso nadie. En su día se postuló como sustituto de Monzón al frente de Indra y para liderar un conglomerado militar-industrial español, pero el proyecto no cuajó. Además, el pobre Eduardo se aburre tremendamente como presidente de la fundación Everis.

Qué lejos quedan los días en los que este neocon –ya saben, la derecha pagana- amigo del Pentágono, ejercía de ministro de Defensa del Gobierno del entonces amigo José María Aznar, con quien acabó fatal después de que le cesara de su puesto. Eso se terminó. Ahora toca hacer otras cosas. Por ejemplo, asistir a las reuniones -y cobrar- del consejo de administración de Deutsche Bank España, que este jueves ha anunciado su fichaje como consejero independiente.

Junto a él, se incorpora a la entidad Ana Peralta Moreno, ex consejera de Banco Etcheverría (ahora Abanca) y ex directora de riesgos de Bankinter y de Banco Pastor.

Los dos nombramientos se hacen en un momento delicado para la entidad, sumida en una crisis de identidad en nuestro país y fuera de él. El dilema que debe afrontar el banco alemán es qué hacer con su filial española, que en su día fue un actor importante en el sector. Pero ahora, la banca doméstica está como está, y los alemanes no tiene claro si seguir o retirarse.

Pero la crisis de identidad también afecta al resto del grupo. Deutsche Bank era el banco alemán por excelencia, banco doméstico, de banca al por menor. Pero hace una década se volvió loco y comenzó a profundizar en el mundo de la banca de inversión. Y lo hizo a golpe de talonario y, lo que es peor, a precio de oro. Como era de esperar, el banco se resintió. En mayo de 2014 necesitó 8.000 millones de euros para superar los tests de estrés. En definitiva, el grupo sigue pagando por sus pecados pasados.

Seguro que D. Eduardo les echa una mano.

Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com