“Dadas las actuales condiciones de mercado, la persistente incertidumbre política y económica, así como la contracción de la curva de rendimientos, es muy improbable que alcancemos nuestro objetivo de rentabilidad del patrimonio tangible (RoTE) de más del 12% y una ratio de costes e ingresos inferior al 50% en 2020”, ha afirmado Royal Bank of Scotland (RBS) este viernes.

El caso es que 2019 está siendo un buen año para la entidad de la que el Gobierno británico aun posee el 62% del capital. El beneficio hasta junio creció un 129%, hasta los 2.038 millones de libras esterlinas (2.227 millones de euros), después de aumentar un 6,2% la cifra de negocio, hasta los 7.117 millones de libras (7.778 millones de euros). Eso sí, los ingresos por intereses cayeron un 7,4% y no superaron los 4.004 millones de libras (en euros, 4.376 millones). A los inversores no les ha gustado la predicción para 2020 y la cotización del banco caía más de un 6% durante la mañana de este viernes. RBS vale 24.550 millones de libras.

La entidad repartirá 1.700 millones de libras (1.857 millones de euros) en dividendos. Este es el legado que deja Ross McEwan, que en abril presentó su dimisión tras cinco años como CEO del banco. Tranquilos: se marchará cuando la entidad nombre a su sucesor.