• La pregunta es hasta dónde pueden llegar, ¿al 1%? De momento, cobran entre el 0,1% y el 0,3%.
  • En esa senda están Santander o BBVA pero les seguirán todos los demás en este trimestre.
  • La excusa: si el BCE cobra a la banca por sus fondos en la entidad, la banca cobra a las empresas por lo mismo.
  • Otra cosa son los clientes particulares: se subirían por las paredes por una decisión tan impopular.
Los bancos ya están cobrando intereses por los depósitos a clientes institucionales, empresas, fondos de inversión, pero de forma muy limitada y en silencio, como quien dice. Sin que se note demasiado. Otra cosa es que irá a más, lo cual no deja de ser un contrasentido -se entienden los intereses positivos, no los negativos- en la lógica de la bancarización social: para una empresa o una inversión, todo pasa por esas entidades. Algunos bancos ya cobran intereses por los depósitos. Han empezado los grandes, Santander y BBVA -lo comunicaron el mes pasado-, pero ojo, terminarán aplicándolo el resto de los bancos este trimestre, el último del año. La excusa perfecta ha sido el cambio dado por el Banco Central Europeo, que hace lo mismo con los bancos por guardar sus depósitos en la entidad. Le cobra un 0,4% por proteger su tesorería en el BCE. Es verdad que ha sido un modo disuasorio para que los bancos se alarguen más en la concesión de crédito, pero los bancos se han quedado con lo mejor pare ellos: si tú me cobras yo también lo haré. Y junto a eso, hay otro argumento que han tenido en cuenta los bancos: sus aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos, garantía, como dice su nombre, para hacer frente a una eventual quiebra bancaria en Europa y que estén garantizados, valga la redundancia, al menos 100.000 euros por titular de cuenta y entidad. El cobro por depósitos, en cualquier caso, no deja de ser una reacción para enfrentarse a la cruda realidad de que el negocio bancario es cada vez menos negocio. La presión de los tipos de interés, en mínimos históricos del 0%, impacta de lleno en los márgenes bancarios, cada vez más estrechos. Y la consecuencia, naturalmente, es la menor rentabilidad. ¿Hasta dónde pueden llegar esos intereses por los depósitos a los clientes institucionales, empresas o fondos? De momento, están entre un 0,1% y un 0,3% -por debajo de los que cobra a los bancos el BCE- pero podrían llegar hasta el 1%. Téngase en cuenta que para esos clientes, el banco es una necesidad. Depende de la entidad para todo: su tesorería, sus operaciones, movimientos… La otra opción, inviable, sería volver a las cajas fuertes. ¿Se imaginan? No parece muy práctico. Y ya hay, además, controles por parte de Hacienda para limitar los pagos en efectivo. Ahora bien, una cosa son clientes o inversores institucionales y otra, muy distinta, los particulares. También éstos han entrado en el debate interno de las entidades pero, de momento, los bancos ni se plantean esa posibilidad. La palabra comisión es de por sí un término maldito para el cliente español. El salto cualitativo que implican los intereses negativos sería una pesadilla. Están digiriendo como pueden el aumento de comisiones por servicios bancarios -domiciliaciones, cuotas de mantenimiento de cuenta o gestión de activos-, pero lo otro sería ir muy lejos. La amenaza en los márgenes ha llevado a otras entidades europeas a hacer lo mismo. El último en anunciarlo fue el alemán Postbank, filial de Deutsche Bank, que partir de noviembre cobrara 3,9 euros en las cuentas en las que no entren al menos 3.000 euros mensuales. En Gran Bretaña, fue Royal Bank of Scotland. Ya cobra a los clientes que negocian con futuros y opciones y mantienen el efectivo en depósitos como garantía. Fue su reacción para los clientes de inversión tras la rebaja de tipos del Banco de Inglaterra. Miriam Prat miriam@hispanidad.com