Está siendo un año muy complicado (otro más) para el HSBC. A la crisis interna provocada por la salida inesperada del CEO, John Flint, en agosto, se une la crisis de resultados en Europa, donde el banco perdió 474,5 millones de euros hasta junio, a pesar de ser la mayor entidad del Viejo Continente, mientras en Asia aumentó los ingresos un 7% y contribuyó decisivamente a que el beneficio del grupo creciera un 18,6%.

En este contexto, el CEO interino, Noel Quinn, planea nuevos ajustes en Europa que se podrían concretar, según publica este lunes el Financial Times, en 10.000 despidos, alrededor del 4% de la plantilla total del grupo. La medida se anunciará, probablemente, a finales de este mes de octubre, coincidiendo con la presentación de resultados del tercer trimestre, y se uniría al ajuste de 4.700 empleos anunciado en agosto. “Nos preguntamos por qué tenemos tanta gente en Europa cuando logramos rentabilidades de dos dígitos en algunas partes de Asia”, señaló una fuente al diario británico.

Como recordarán, Flint fue nombrado CEO en febrero de 2018 para sustituir a Stuart Gulliver con el objetivo de abrir una nueva etapa en el banco, salpicado por diversos escándalos de evasión fiscal y lavado de dinero. Solo en multas, la entidad ha tenido que pagar 800 millones de euros. La crisis del banco, no obstante, continúa.

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