El beneficio de la farmacéutica catalana Grifols hasta septiembre ha sido de 468 millones, un 8,5% más, periodo marcado también por el aumento de la deuda financiera neta, ya en 5.781,4 millones frente a los 5.170,4 del cierre de 2017. Es uno de los puntos más controvertidos para los analistas, pero los reproches no han evitado su rally en bolsa desde mediados de octubre, con un avance de 4 euros por título, en 25,7 este lunes.

La catalana afirma, sin embargo, que reducir su endeudamiento es una “prioridad estratégica”, al tiempo justifica el aumento por “las relevantes inversiones productivas” en 2018 para crecer. El ratio de deuda sobre Ebitda aumenta desde enero de 3,98 a 4,58 veces. En 2016, pagó 1.750 millones por Hologic.

Grifols, que le ha impactado el efecto divisa, admite que rebajar la deuda es una prioridad

El Ebitda cae un 2,2%, a 939,4 millones, tras unos ingresos de 3.263,9 millones, con un incremento operativo del 7,9% que queda en un 0,4% por el efecto de los tipos de cambio. Grifols opera sobre todo en dólares y fase depreciación.

Los ingresos se deben básicamente a su división estrella, bioscience, con lo que se repite el caso: crecen un 7,6% (2.596,3 millones), pero por el efecto divisa, al -0,1%. Las otras divisiones encajan el mismo golpe: la de diagnostic (517,7 millones) pasa de +1,9% a -4,9% y la de hospital (85,7 millones), de +18,4% a 14,6%.

El destino de las inversiones de la empresa que presiden tío y sobrino, Raimon Grífols y Víctor Grífols (en la imagen, a derecha e izquierda de Víctor Grifols Deu, el retirado patriarca) está en proceso de adquisición de 24 centros de plasma (244 millones de euros), en la mejora y ampliación de instalaciones (162,5 millones) y mantiene el plan previsto en I+D (199,5 millones). Ahí se enmarca el desarrollo de su última terapia para ralentizar el alzhéimer, que disparó el valor en bolsa el pasado día 29.