• Es decir, liberalizar lo malo, no lo bueno. Eso sí, pagando al adjudicatario.
  • Es el modelo que siguen en Francia y Alemania.
  • El 85% de los clientes de RENFE son de Cercanías.
En el seno del Gobierno, más concretamente, en el Ministerio de Fomento, ya no se habla de la liberalización del AVE a Levante. Lo que tiene Ana Pastor (en la imagen) encima de la mesa en estos momentos es la liberalización de Cercanías. Efectivamente, se trata de un servicio deficitario. Alguno argumentará que RENFE soporta unos costes demasiado elevados, entre otras razones porque la plantilla está sobre dimensionada. El operador público cuenta actualmente con 14.000 trabajadores directos,  a los que hay que sumar otros 9.000 indirectos. Sea como fuere, lo cierto es que en diez años se jubilará la mitad de la plantilla, esto es, unos 7.000 empleados. En todo caso, Cercanías, aún siendo deficitario, es el servicio más importante que ahora mismo presta el ferrocarril en España, y lo presta RENFE en régimen de monopolio. El dato es muy significativo: de los 400 millones de clientes que tiene el operador público, 340 millones son de Cercanías, esto es, el 85%. Se trataría, pues, de liberalizar lo malo, no lo bueno. Claro que para lograr la entrada de un operador privado, la Administración debe poner el dinero para compensar las pérdidas sobre la oferta presentada. Es el mismo modelo que siguen en Francia y Alemania. De hecho, el Gobierno alemán pasó por un proceso bien parecido: primero se planteó abrir la alta velocidad al capital privado, pero cambió de parecer ante un argumento concluyente: la infraestructura del AVE había costado demasiado dinero. Y España, en esto, no es diferente. Los 3.000 Km de vías de AVE han costado alrededor de 40.000 millones de euros. Y ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) acumula una deuda que alcanza ya los 17.000 millones de euros. Con estos números, se comprende la reticencia del Ejecutivo de rebajar el canon que cobra ADIF por la utilización de las infraestructuras. En 2014, sólo por el AVE a Valencia y a Alicante, RENFE pagó 90 millones de euros a ADIF, una cantidad que los candidatos a operar este corredor no están dispuestos a asumir porque, sencillamente, no les salen las cuentas. Distinto sería el planteamiento si se llevara a cabo una rebaja del canon, tal y como había asumido la ministra Pastor. Concretamente, si se rebajar un 35%, esos 90 'kilos' se quedarían en unos 60. Y, tal y como adelantó Hispanidad, ése sería el umbral admitido por los candidatos para acudir al concurso de liberalización. Pero todo hace indicar que no habrá tal liberalización. Los números se han impuesto al plan inicial de Pastor que, por cierto, ha contado con la oposición constante de Economía. Ahora, el plan se centra en las Cercanías. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com