Está claro que el Brexit ha supuesto una nueva oportunidad para España para presionar al Reino Unido en el tema de la soberanía de Gibraltar que, según la doctrina de la ONU, corresponde a España.

En concreto, la doctrina de Naciones Unidas sobre Gibraltar considera este territorio una colonia y señala que esta situación colonial atenta contra la integridad territorial de España. La última vez que lo hizo fue el 8 de noviembre de 2016.

Pero en el contexto del Brexit, parece que la posición del Gobierno de Pedro Sánchez es muy débil con el Reino Unido. Y ello, pese a declaraciones como la del embajador español ante la ONU, Agustín Santos, quien señaló que “la circunstancia histórica del Brexit aboca a una nueva relación entre la Unión Europea y Gibraltar, que debe pasar inevitablemente por España”.

El embajador Santos dijo pensar ahora, sobre todo, en los españoles del Campo de Gibraltar, comarca vecina al Peñón

Santos rechazó ante la ONU la existencia “de la última colonia en Europa” y recordó que Gibraltar “sigue siendo un vestigio del absolutismo enclavado en el continente europeo” que lesiona la integridad territorial española”. Tras recordar que “España nunca ha aceptado esta ocupación británica en contravención del derecho internacional ni lo hará jamás”, Santos dijo pensar ahora sobre todo en los españoles del Campo de Gibraltar, comarca vecina al Peñón.

Recientemente, en la ONU, Sánchez se refirió en su discurso también a Gibraltar y dijo: "Deseo que aprovechemos esta circunstancia histórica para que la nueva relación que pudiera establecerse entre la UE y Gibraltar, y que ha de pasar inevitablemente por España, aporte prosperidad y beneficie a toda la región, a los gibraltareños y al área más amplia del Campo de Gibraltar”, recogió RTVE.

Por su parte, la colonia de Gibraltar reivindicó ante Naciones Unidas su supuesto derecho a la autodeterminación, pero dijo acoger el nuevo "enfoque positivo basado en el diálogo y la cooperación" de España ante los retos que admite que le plantea el Brexit.

En cualquier caso, parece que este Gobierno socialista está desaprovechando el trabajo del anterior ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, que tenía claro que, al menos, se podría conseguir la cosoberanía del Peñón.