Al Gobierno no le queda otra que salvar la cara tras el cierre por Alcoa de las plantas de La Coruña y Avilés. No ha podido convencer a la multinacional de aluminio y lo único que puede ahora es buscar otras soluciones para que sean viables. Es decir, buscar una salida industrial con nuevos inversores.

Lo ha confirmado la ministra de Industria, Reyes Maroto, tras la reunión del Consejo Interterritorial de Internacionalización, que ha anunciado la creación de una mesa coordinadora de las actuaciones del Gobierno, en la que estarán los ejecutivos de Asturias y Galicia y los sindicatos. En el Consejo de Internacionalización ha señalado que el Gobierno ha puesto en su agenda el comercio exterior, “para promocionar a las empresas españolas y atraer inversiones extranjeras”.

Alcoa se escuda en que las plantas de La Coruña y Avilés ponen en riesgo a la multinacional

Maroto se ha referido, en concreto, a los encuentros con posibles inversores, para “ganar tiempo” y evitar que la multinacional americana siga adelante con el expediente de empleo (ERE). El presentado, ha añadido, contiene “una serie de errores” y estudia un posible recurso. La amenaza cuelga sobre los 686 trabajadores.

Los que van a denunciar seguro son los sindicatos, que acudirán a la Justicia holandesa al considerar que Alcoa incumple la normativa comunitaria. La americana, con todo, no solo sigue en sus trece con el cierre y el despido colectivo, sino que añade más razones para justificar su decisión.

El grupo alerta incluso del peligro para la continuidad de la multinacional si esas plantas siguen abiertas por las pérdidas de explotación que generan. Sostiene que los problemas de esas fábricas son estructurales y es imposible que compitan en el mercado global. Ha mantenido la de San Ciprián (Lugo), añade, a pesar de que seguirá en pérdidas este año.