• El FMI pone en duda que se vaya a recuperar el dinero público inyectado.
  • El rescate de Bankia superó los 23.000 millones de euros y el de BMN, los 1.600 millones.
  • El organismo internacional advierte, además, sobre la "dificultad" de cumplir el calendario impuesto por Bruselas para la salida del FROB, fijada para entes de comienzos de 2018.
  • Y lo peor de todo: siembra dudas sobre el sector: si la CE cambia el tratamiento de los DTAs, "algunos bancos" podrían requerir fondos adicionales.
  • Mientras, el Gobierno sigue sin aclarar el futuro de BMN.
A ver si nos entendemos: que el Estado -o sea, los españoles- no vaya a recuperar todo el dinero con la privatización de Bankia -más de 23.000 millones de euros- y de BMN -más de 1.600 millones-, no es algo que sorprenda. Es algo prácticamente imposible. Lo llamativo es que lo haya dicho el Fondo Monetario Internacional (FMI). En su artículo anual dedicado a España, el organismo que preside Christine Lagarde ha advertido, además, sobre la "dificultad" de cumplir los plazos establecidos por la Comisión Europea para la salida de capital público de estas dos entidades, prevista para antes de 2018. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) posee el 63,6% de Bankia y el 65% de BMN. Ahora bien, el FMI no pone el foco de sus dudas en la marcha del negocio, sino en el peso que tienen los Activos Fiscales Diferidos (DTAs) en el capital de estas dos entidades. Es más, el organismo cree que "algunos bancos" españoles podrían requerir fondos adicionales si la CE cambia el tratamiento de los DTAs, es decir, si finalmente los considera como ayudas públicas ilegales. De momento, Bruselas continúa con su investigación y el sector insiste en minimizar el asunto. Pero volvamos a las dos entidades. Mientras el futuro de Bankia está claro –la única duda es saber cuándo venderá el FROB otro paquete de acciones- el futuro de BMN es más incierto. El ministro de Economía, Luis de Guindos (en la imagen) aún no tienen clara la estrategia. Dos posibilidades: salir a bolsa o que un banco mayor compre la entidad. Ninguna de las dos es sencilla, fundamentalmente porque, hasta el momento, ninguno de los grandes bancos quiere hacerse cargo de la entidad. Luego está la salida a bolsa, pero para hacerlo con ciertas garantías, los resultados trimestrales del grupo deberían acompañar. Y todavía no lo hacen. Guindos va a tener muy difícil vender Bankia y BMN antes de 2018 y sin pérdidas. Claro que para entonces, él ya no será ministro. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com