• EEUU crecerá un 2,3%, más de lo esperado, y dejará atrás la etapa de tipos de interés en mínimos.
  • Para los analistas de Deutsche Bank supone el principio del final del estancamiento económico.
  • Europa está en otra onda: por Draghi y por la incertidumbre electoral en Francia y Alemania, el Brexit e Italia.
  • Trump aparece como el valedor del crecimiento por su rebaja fiscal, las infraestructuras y una menor regulación.
  • Los países emergentes temen el impacto en el comercio y las exportaciones, pero también crecerán más (4,6%).
La victoria de Donald Trump asusta a los mexicanos -con razón- pero supone un cambio radical en la visión de la economía global, y se notará, básicamente, en un mayor crecimiento. El principal beneficiado será EEUU, como consecuencias de sus promesas, lo que incidirá, a su vez aunque en menor medida, en la economía europea y la de los países emergentes. Es el pronóstico de Rosa Duce (en la imagen), economista jefe del Centro de Inversiones de Deutsche Bank, que ha presentado este miércoles en Madrid las perspectivas económicas de la entidad y su estrategia de inversión para 2017. En ese horizonte, la apuesta del banco es aumentar su exposición en las bolsas, como ha explicado también Diego Jiménez-Albarracín, responsable de Renta Variable. El temido efecto Trump pasa así, paradójicamente, al positivo efecto Trump, al menos en términos económicos. En otras palabras, la victoria Trump frente a Clinton, se ha notado ya en la percepción de que las políticas económicas llevadas a cabo durante la crisis financiera ya no valen y hay que apuntar a otras cosas. En cifras, Deutsche Bank espera un aceleración del crecimiento mundial del 3% (2016) frente al 3,4% (2017). En Estados Unidos, el PIB puede llegar al 2,3%, por encima de lo esperado. La situación es distinta en Europa: crecerá menos del 1,6% de este año, a pesar del impacto positivo de la victoria de Trump en las exportaciones. El BCE seguirá con su política monetaria expansiva (tipos en mínimos), pero se puede empezar a pensar después del verano su la economía mejora. No obstante, juegan en contra (más incertidumbre) el escenario electoral en Francia y Alemania, la situación de Italia y el Brexit. En los cálculos está también España, que moderará su crecimiento al 2%, lo que le sitúa por encima de las económicas de la UE. La situación es distinta también en los países emergentes, en los que la victoria de Trump se interpreta en clave anti-globalización (o proteccionismo económico) y les podría afectar en un descenso del comercio y menos exportaciones. Con todo, los analistas de Deutsche Bank estiman un crecimiento del 4,6%, frente al 4,1% de este año. Pongan ahí a Brasil, Rusia, India o China. La economía de EEUU, la gran beneficiada La situación de la economía americana cambia radicalmente porque deja atrás las políticas seguidas hasta ahora, centradas sobre todo en la política monetaria (tipos de interés en mínimos). Esa política ha podido ayudar a salir de la recesión pero es insuficiente para la recuperación. Se nota especialmente en el estancamiento europeo. Y ese estancamiento, a su vez, eleva el descontento social, lo que alimenta los populismos políticos. La reflexión parte de las políticas que pondrá en marcha Trump sobre las promesas que ha lanzado, que dejan al margen otras propuestas más controvertidas sobre las que Rosa Duce no se ha pronunciado (por ejemplo, en inmigración). La nueva política económica de Trump, según el Deutsche Bank, se apoyará menos en la política monetaria (habrá una subida graduales de los tipos de interés), y más en las políticas fiscal, de infraestructuras y en una menor regulación (que ha limitado el flujo de crédito), especialmente en los sectores financiero y farmacéutico. La nueva política fiscal se traducirá en una importante rebaja de impuestos. Sólo la rebaja de Impuesto de Sociedades (del 30% al 15%) puede suponer medio punto del PIB americano. Y a su vez, la nueva política se notará en las inversiones en infraestructuras, la defensa y el aumento del consumo. Esas políticas, según Duce, "generarán mayor crecimiento y aumentarán el crédito, aunque también generarán inflación y aumentarán el déficit". Puede suceder lo mismo con la deuda pública, aunque encontrará una compensación en la recuperación económica. Rafael Esparza