• Al final, la editorial con la que comenzara Polanco se va a tener que sacrificar para que sobreviva El País; es decir, la obra de Cebrián.
  • El grupo obtiene un resultado positivo de 8,68 millones de euros, pero sólo gracias a las menores pérdidas en operaciones discontinuas.
  • Mientras la CNMC decide sobre la compra de Digital por Telefónica, PRISA ha dotado 23,8 millones más por el deterioro de la sociedad y ha perdido 3.500 abonados desde enero.
  • Y el patrimonio sigue siendo negativo, a pesar del malabarismo contable del pasado ejercicio.
  • En definitiva, seguimos ante una empresa quebrada que se mantiene en pie únicamente por intereses políticos.
Antes de la presentación del resultado del primer trimestre del 2015 -como ya nos tiene acostumbrados, con el mercado cerrado-, PRISA celebró ayer lunes su junta general de accionistas del 2014, en la que se certificó por enésima vez la precaria situación que arrastra la compañía bajo la dirección de Juan Luis Cebrián (en la imagen), en especial desde aquella infausta decisión del 2007, en el que ,mediante una OPA sobre el 100% de su capital, asaltó Sogecable en un mal momento, ya que su cotización se encontraba en máximos históricos. La operación, fruto del orgullo, le llevó a alcanzar una deuda más propia del sector bancario que del periodístico: 6.000 millones de euros. PRISA ha ido procediendo a su venta de forma fraccionada den 2014 y en lo que llevamos de 2015 ha colocado el último 3,63% por 177,96 millones, que ha llevado al resto de la inversión a ser considerada como instrumento de patrimonio para rebajar 63,1 millones más pagando 47,3 millones que supone un 25% de descuento. El grupo pensará ahora que esa venta va a solucionar los problemas de una pavorosa deuda bancaria de 2.717 millones, y minorar un poco la tensión de los acreedores y de los fondos buitre, que están oliendo sangre desde hace ya mucho tiempo. Sobre todo, en torno a la pieza más cotizada, su división insignia, Santillana, que es la que aporta en este trimestre 177,1 millones (nada menos que el 52,46%) a los 336,4 millones de los ingresos de explotación que, por cierto, sin 'maquillajes' de ajustes, continúa a la baja, esta vez un 0,3% menos que en marzo de 2014. La presión, especialmente de la banca acreedora, llevó a finales del ejercicio pasado a desgajar una parte de la presa mediante la venta del 25% de Santillana Alfaguara al fondo DLJ South American Partners, por 280 millones, con una rémora en forma de un dividendo preferente que ya, en este primer trimestre, le ha costado 139,4 millones. Realmente, las cuentas de PRISA continúan siendo más de lo mismo con respecto a la trayectoria que lleva la sociedad desde hace mucho tiempo. Parece que sólo los intereses políticos -no olvidemos que estamos ya inmersos en un larguísimo periodo electoral y que PRISA continúa teniendo un peso en la opinión pública- están aguantando lo inaguantable. Además de la bajada de los ingresos del grupo, el resultado neto positivo de 8,68 millones -en el primer trimestre de 2014 fue de -47,6 millones- lo ha sido debido a las menores pérdidas registradas en operaciones discontinuas. Queda aún pendiente la venta de DTS a Telefónica, aún sin dictamen del regulador CNMC, que, a pesar de las quejas entre dientes del resto de la competencia -especialmente de Vodafone y Orange- parece dispuesto a dar su beneplácito con el empujón del Gobierno, ya en campaña electoral y consciente del peso de PRISA en la opinión. De todas formas, ya pueden ir rápidos, pues PRISA ha tenido que dotar en el trimestre 23,8 millones más de deterioro de la sociedad y ha perdido 3.500 abonados desde enero, mientras que Telefónica sigue sumando abonados y ya es líder en el mercado de la televisión de pago. A pesar de lo que informa la sociedad en su folleto, el patrimonio sigue siendo negativo a pesar del malabarismo contable del pasado ejercicio, en el que convirtió deuda ordinaria en subordinada para maquillar el déficit patrimonial producido por el deterioro del que ha sido, desde hace años, su principal activo: los fondos de comercio. Veremos cuánto tarda Cebrián en dar su brazo a torcer y sacar a bolsa Santillana para hacer caja. Si no lo hace, lo que habrá que esperar es a ver si algún acreedor o fondo buitre da el paso y obliga a PRISA a vender o desaparecer. De cualquier forma, genio y figura hasta la sepultura, PRISA estudia optar a la adjudicación de nuevos canales de TDT. Vivir para ver. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com