El crecimiento del producto interior bruto (PIB) de la zona euro bajó dos décimas en el tercer trimestre del año, al 0,2% desde el 0,4% mantenido durante los tres meses anteriores. Dicha desaceleración deja el menor ritmo de expansión de la economía del euro desde el segundo trimestre del 2014, según los datos preliminares publicados este martes por Eurostat. Los expertos consultados coinciden en que las cifras reflejan una desaceleración generalizada en toda la UE y que la inestabilidad política en Italia y el estancamiento económico en Alemania son los principales factores explicativos, recoge El Periódico.

En comparación con el tercer trimestre del año pasado, el PIB de la zona euro registró un crecimiento del 1,7%, medio punto porcentual por debajo del dato correspondiente al segundo trimestre. Este se trata del peor dato de crecimiento interanual de la eurozona desde el cuarto trimestre de 2014.

Se trata del peor dato de crecimiento interanual de la eurozona desde el cuarto trimestre de 2014

En el conjunto de la Unión Europea (UE), el crecimiento del PIB en el tercer trimestre se moderó al 0,3% desde el 0,5% observado entre abril y junio, registrando así la expansión más débil desde mediados de 2016, mientras que el crecimiento interanual del tercer trimestre fue del 1,9%, dos décimas menos que en el trimestre precedente. El director de coyuntura y economía internacional de Funcas, Raymond Torres, lo explica a través de la inestabilidad política en Italia y el estancamiento económico alemán. Por el contrario, espera que la mejoría de Francia y la menor desaceleración en España actuarán como contrapeso en futuros trimestres.

En su última comparecencia ante la prensa, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, admitió que los últimos datos muestran una evolución de la economía de la zona euro "algo más débil de lo esperado", aunque el presidente del BCE expresó su confianza en que únicamente se trate de "un impulso más débil, no de un retroceso", señalando que los miembros del Consejo coincidieron en señalar que los riesgos para la economía "están equilibrados".

En cualquier caso, Europa sigue a la zaga de Estados Unidos. El Estado pesa demasiado en el Viejo Continente.