Hay dos razones para el gran triunfo de Pedro Sánchez en el oficial CIS: el nombramiento de José Félix Tezanos como presidente y el ascenso de la cristofobia, que no simple anticlericalismo, en la España actual: un verdadero odio, no a los cristianos, sino a Cristo, al que ya hemos aludido en Hispanidad.

La cocina del socialista Tezanos, el mismo que, en 2004, logró justificar demoscópicamente –que no predecir- el triunfo de Zapatero sobre un total 22 encuestas favorables a Rajoy. Pues bien, hoy Tezanos ha conseguido que los que se reconocían votantes de Pedro Sánchez en junio de 2016 superen en cuatro puntos a quien realmente lo votaron, o que un tercio de los votantes del PP ese mismo junio de 2016… se haya olvidado de a quien votó.

El triunfo de Sánchez consiste en eso: se ha constituido en un verdadero contradiós

Pero ninguna cocina ‘tezaniana’ puede eludir la conclusión: Sánchez es apreciado como presidente y, por vez primera en muchos años, casi una década, la intención de voto del PSOE supera claramente a la del PP. Sánchez ha conseguido entusiasmar a buena parte de España, esto es innegable.

¿Y por qué, si en dos meses en Moncloa ya se mostrado un fracaso con patas? Lo cierto es que la cristofobia reina en España y Pedro Sánchez, ateo y cristófobo, mitad por mitad, ha conseguido, no negar los valores cristianos, sino invertirlos.

Una vez conseguido esto, “los nuestros” te perdonarán cualquier fracaso. Por ejemplo, en Europa con la inmigración o en España con Cataluña.

La ‘teología’ de Pedro Sánchez no implica negar los valores cristianos, sino invertirlos

Insisto, la técnica del actual presidente no consiste en condenar los valores cristianos sino en invertirlos. Últimamente los socialistas no hacen otra cosa que hablar de valores: los valores de la ideología de género, de feminismo radical o el valor de la vida… que, miren por donde, precisa de la eutanasia para su desarrollo o la FIV para lesbianas que, miren por donde, adoran la maternidad sin padre.

Y no nos engañemos, el ateo Pedro Sánchez ha conseguido que su cristofobia se convierta en un banderín de enganche para “los nuestros”, millones de incondicionales que sólo tienen un punto en común con el PSOE: su cristofobia.

En dos meses como presidente Pedro Sánchez ha cometido un error tras otro. Pero todo se le ha perdona por su afán comecuras. Tanto es así que ahora está tentado de convocar elecciones de nuevo.

Y si logras que apoyen tu anticlericalismo, te perdonan todos los fracasos: inmigración, Cataluña...

No lo duden: la cristofobia vende en España. También entre quienes se confiesan católicos oficiales (en el mismo CIS que, sin ir más lejos, rozan el 70% de los encuestados). Gracias a ello, el desastre Pedro Sánchez se afianza en Moncloa.

No es cierto que el español no vote a la religión: de hecho, no vota otra cosa que con Cristo o contra Cristo. Aún cuando no lo sepa; en Sánchez ha encontrado su contradiós.