El protocolo no es más que el hijo del sentido común y solo precisa de una virtud: la discreción… virtud en la que Pedro Sánchez aún debe ganar varios enteros. Además, Moncloa cuenta con sus propios expertos en protocolo. Por tanto, el ridículo del matrimonio Sánchez-Gómez, en el besamanos regio, es todo suyo. Pero ocurrió que España se estaba divirtiendo demasiado con el ‘ridi’ presidencial, por lo que Moncloa presionó a Zarzuela para que ésta se autoinculpara, mediante unas presuntas instrucciones que consistían en que el presidente del Gobierno hiciera de comonarca en la ceremonia.

Y si así fue, y así lo asegura la ministra-portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ¿por qué razón un responsable de protocolo de Palacio, a punto de echar la carcajada ante las cámaras, le indica a la pareja presidencial que ese no es su sitio? Esas presuntas instrucciones, según fuentes cercanas a Zarzuela, no existieron ni podían haber existido jamás.

Hoy por ti mañana por mí: el Gobierno judicializa el ataque del Parlament al monarca

Por eso, la mentira de Zarzuela, intentando proteger a un Pedro Sánchez que ha demostrado una alta capacidad para el chantaje institucional: ahora Zarzuela sabe que, si no frena lo que más teme Pedro Sánchez –quedar en ridículo– el PSOE se pasará al bando que propicia la III República y que está compuesto, precisamente, por todos sus socios de la moción de investidura –comunistas y separatistas catalanes y vascos, principalmente– los mismos que aprobarán los Presupuestos de Sánchez.

De entrada, Moncloa ha premiado la docilidad de Zarzuela con un recurso contra la reprobación del Monarca en el Parlament.

Todo esto forma parte del paripé por el que los nacionalismos vascos y catalán aprobarán los Presupuestos y consolidarán a Sánchez en Moncloa.

Pero el chantaje mira al futuro: Cuidado, Majestad, seguiréis siendo monarca mientras aceptéis los sagrados principios del Gobierno: ecopanteísmo –la religión al uso entre la progresía mundial–, feminismo –cuanto más necio, mejor– y laicismo radical. Porque en esta alianza Moncloa-Zarzuela, los grandes perdedores son… los católicos, naturalmente. La Reina doña Letizia ya marcó el camino sanchista durante su discurso ante la FAO.

Tendremos una monarquía ecopanteísta, feminista y, por supuesto, laicista

Tengan en cuenta que lo único que une a socialistas, comunistas y separatistas, al Frente Popular en versión 2018, el que lidera Pedro Sánchez, es la cristofobia

Claro que, tampoco exageremos, para hacer el ridículo Sánchez no necesita del besamanos real. Así, este genio de la escena no tuvo mayor ocurrencia, en el Día Internacional de la Niña, que imitar al hortera de Justin Trudeau y ofrecerle la cartera presidencial a un niña en su despacho. Un gesto que resume toda una legislatura. La de don Pedro Sánchez.