• La Unión Europea y Canadá firmaron ayer domingo el tratado bilateral de libre comercio (CETA).
  • Todavía ha de ser ratificado por el Parlamento de cada uno de los 28 miembros de la UE.
  • El acuerdo protege en el mercado canadiense 147 productos agrícolas europeos de origen geográfico específico, como los citados.
  • El Ejecutivo comunitario sostiene que permitirá aumentar las exportaciones en 12.000 millones al año y que el comercio bilateral de bienes y servicios se incremente casi un 25%.
Siete años después del inicio de las negociaciones, la Unión Europea y Canadá firmaron ayer domingo el tratado bilateral de libre comercio (CETA, por sus siglas en inglés: Comprehensive Economic and Trade Agreement). El pacto, el mayor acuerdo comercial rubricado por Bruselas, elimina la práctica totalidad de los aranceles que gravan los intercambios entre ambas potencias y prevé efectos positivos para el crecimiento y el empleo. El pacto, que podría tener un favorable efecto para el PIB europeo estimado en 12.000 millones de euros anuales, entrará en vigor cuando la Eurocámara apruebe el texto, en los próximos meses, y sea ratificado por el Parlamento de cada uno de los 28 miembros de la UE. El tratado fue rubricado ayer por el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean Claude-Juncker, el líder canadiense Justin Trudeau, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk y Robert Fico, el primer ministro de Eslovaquia, que ostenta la presidencia de turno de la UE. "Hace pocos días leíamos en la prensa que el CETA estaba muerto. Hoy tenemos un acuerdo que puede ser considerado como estándar para futuros tratados", dijo al respecto el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz,p robablemente en alusión al tratado de libre ocmercio UE-USA. El acuerdo ha tenido como mayor obstáculo las reticencias de la región belga de Valonia, cuyo rechazo retrasó su firma tres días. Ahora bien, ¿en qué consiste dicho acuerdo? El tratado consta de 1.600 páginas y 13 capítulos en los que regula el acceso al mercado de bienes y servicios, las tarifas aduaneras, la participación de empresas extranjeras en los concursos públicos o el reconocimiento de títulos profesionales, informa TVE. En virtud de la cooperación normativa, que tendrá un foro específico, cada parte reconoce la evaluación de productos realizada por la otra parte en equipos eléctricos, juguetes, maquinaria e instrumentos de medición. El CETA reforzará los derechos de propiedad intelectual sobre nuevos fármacos (uno de cada cuatro productos que España exporta a Canadá es un medicamento). El acuerdo también protegerá en el mercado canadiense 147 productos agrícolas europeos de origen geográfico específico (con denominación de origen que constan en una lista que se puede ampliar en el futuro). Estarían protegidos el queso manchego, el turrón de Alicante o el jamón de Guijuelo, entre otros. Ante los temores de los ecologistas, la CE afirma que el acuerdo no afectará a las restricciones que tienen en la UE los organismos genéticamente modificados y la carne de vacuno hormonada. También sostiene que no afectará a los servicios públicos ya que los estados miembros podrán mantener los monopolios en el suministro del agua, la sanidad o la educación. Los sindicatos temen que se dé una "liberalización por defecto" si un país no ha enumerado los servicios excluidos de la privatización. Esta "lista negativa" provoca diferencias entre estados miembros, así Hungría se ha reservado la soberanía para prohibir el fracking mientras que Francia no lo ha hecho. La CE destaca que la supresión de los derechos aduaneros de los productos industriales supondrá un ahorro de 470 millones anuales para estos exportadores europeos y otros 42 millones en bienes agrícolas porque un 92% de los alimentos podrán exportarse a Canadá sin tarifas aduaneras. En el caso de productos sensibles (carne de vacuno y porcino o maíz dulce por parte de la UE y los lácteos por la de Canadá) el acceso preferencial se limitará por cuotas. Las empresas europeas podrán acceder a la contratación pública en Canadá, lo que supone 30.000 millones de euros anuales, mientras que los sindicatos defienden excluir a los servicios públicos del acuerdo por temor a su privatización. El Ejecutivo comunitario sostiene que el tratado permitirá aumentar las exportaciones en 12.000 millones al año y que el comercio bilateral de bienes y servicios se incremente casi un 25%. Canadá es el cuarto inversor directo en la UE y el bloque comunitario es el segundo inversor en el país norteamericano. Por contra, el Consejo de los Canadienses cree que el CETA provocará una caída del 0,5% del PIB de la UE y el 1% del PIB de Canadá. Esta organización social añade que se perderán 230.000 empleos hasta 2013, la mayor parte en Europa, y que el tratado presionará a la baja los salarios. El acuerdo establece un tribunal de inversiones (Investment Court System, ICS) que funciona como una corte de arbitraje especial que permite a los inversores extranjeros demandar a los Estados sin pasar por los tribunales ordinarios. Los miembros de estos tribunales serán elegidos por la UE y Canadá, en principio iban a ser seleccionados por las multinacionales y el país afectado. Se refuerza su régimen de incompatibilidades y, además, se incluye un tribunal de apelación. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com