El zorro pidiendo al Gallo, y las gallinas, ejemplaridad. Claro que el tal Sánchez, aunque se lo cree, no es ningún zorro, pues su soberbia se lo impide y su ignorancia le cierra la puerta a cualquier grado de inteligencia.

La persona menos ejemplar abogando para cambiar, lo que además no puede, en nombre de la ejemplaridad; y apoyándose en la demanda de la sociedad de esa ejemplaridad. Si esto fuera así y esa demanda existiese realmente -desgraciadamente no existe-, él tendría que haber dimitido y dejado el Gobierno por:

1º Plagiario demostrado.

2º Mentiroso en sede parlamentaria, al negar el plagio e incluso decir que su tesis estaba en internet.

3º Colocar a su mujer en una empresa privada, en puesto creado expresamente. (¿Presunta corruptela? ¿Cuánto costo, y a cambio de qué?).

4º Abuso de poder, al utilizar un decreto de estado de Alarma, para:

a) Confinar a toda una nación, siendo el estado de Sitio el que autoriza a dicho confinamiento. Consecuencia: prevaricación añadida.

b) Cerrar el Parlamento, (aunque luego lo reabrió) e interrumpir el funcionamiento de la Justicia. Lo que está expresamente prohibido por la Constitución Art. 116.5.

5º Estar dispuesto a sentarse a negociar (o solo es pura apariencia, y crear ilusiones) con los separatistas la secesión de una parte del territorio nacional, lo cual conlleva atentar contra la seguridad del Estado. Reo de responsabilidad criminal del Presidente…Art. 102 de nuestra Constitución.

6º Mentir al electorado en las elecciones.

 

……………….. Podríamos seguir, más creo que es suficiente. ¡Y este tal Sánchez habla y pide ejemplaridad a quien implantó la democracia en nuestra Nación!