Interesante reflexión la que recoge Religión en Libertad sobre el control de armas, con autoría del obispo de Filadelfia, Charles Chaput, tras las dos matanzas en Estados Unidos, sobre todo la más hiriente, la del miserable que quería matar hispanos (mexicanos) en El Paso. Ahora bien, como dice monseñor Chaput, el numerito anti-Trump montado por, verbigracia, los medios de comunicación españoles, no hay por donde cogerlo.

Las armas blancas son más nobles que las de fuego: la edad media era más noble que la era moderna

El obispo de Filadelfia tiene toda la razón. "Sólo un loco puede creer que el control de armas acabará con la violencia". La razón es sencilla, casi simple: no asesina la pistola: asesina quien la empuña.

A partir de ahí, superada la superficialidad progre, la cosa se complica: las armas blancas son más nobles que las de fuego: la edad media era más noble que la era moderna. Tenías que olerle el sobaco a quien atacabas y sin duda corrías un mayor riesgo.

Una pistola permite a un hombre débil defenderse de uno más fuerte

Ahora bien, una pistola permite a un hombre débil defenderse de uno más fuerte y defender a los suyos. Y eso supone un factor a tener en cuenta.

Sí, estoy de acuerdo con la progresía tontunoide en que no le encuentro un motivo de peso a la venta de armas automáticas, capaces de asesinar a muchos en muy poco tiempo, porque en ese escenario no encuentro la necesaria legítima defensa.

Si hay algo que debería prohibirse son las armas automáticas o las de gran calado

En cualquier caso, las cuestiones complejas exigen criterios complejos: exigen pensar. Y pensar es algo que repugna a la mentalidad progresista, que constituye el pensamiento único -hoy pensamiento débil- que denominamos, para entendernos, políticamente correcto. Lo de ahora mismo.