• En las últimas horas, ha insultado a la popular presentadora de la Fox y ha expulsado a un periodista de una rueda de prensa.
  • Su modo de hacer campaña, basada en la provocación, pone nervioso al 'establishment' republicano.
  • "Si Donald Trump es nominado, ese es el fin del partido republicano", dice uno de sus rivales.
  • Jeb Bush le responde en Texas que el muro que propone en la frontera con México "no es realista y no se corresponde con los valores de EEUU.

Lo último, último, es que el aspirante a candidato republicano Donald Trump está ampliando su ventaja en la carrera para la nominación presidencial de su partido a la Casa Blanca. Según la última encuesta, de Reuters/Ipsos, conocida este miércoles, adelanta ya en 20 puntos el respaldo a su principal contrincante, Jeb Bush, de perfil muy diferente al magnate inmobiliario, sobre todo en el debate que el mismo Trump ha provocado, el migratorio. Paralelamente, las formas grotescas de Trump están poniendo en aprietos al propio Partido Republicano y empieza a cundir el temor creciente en el propio partido a que si finalmente gana la nominación presidencial, los republicanos perderán las elecciones frente a los demócratas. Sus posturas son antagónicas con el establishment de Washington. Como ha dicho uno de sus rivales, el senador Lindsey Graham, "si Donald Trump es nominado, ese es el fin del partido republicano". Un ejemplo. Frente a la propuesta de Trump de construir un muro en la frontera con México, Jeb Bush le ha replicado que "no es realista y no se corresponde con los valores de Estados Unidos: violaría los derechos civiles de la gente". Los dos lo han hecho en el mismo escenario, Texas, pero con mensajes muy diferentes. Del mismo modo que Bush, católico y casado con una mexicana, no es lo mismo que Trump, que se mueve en la ambigüedad moral y arrastra unos cuantos divorcios. Trump abusa de sus provocaciones. Ya los hizo al tachar de "criminales, violadores y narcotraficantes" a los inmigrantes que llegan de México, lo que se ha medido después en un rechazo mayoritario de la comunidad hispana, de mayoría católica, decisiva para ganar unas elecciones en EEUU. Pero la cadena de impertinencias no se ha quedado ahí y, en las últimas horas ha añadido otro frente, también provocador, contra los medios de comunicación. Donald Trump se cabreó este martes cuando el periodista de la cadena Univisión intentó hacerle una pregunta y acabó expulsándolo de la rueda de prensa llamando a sus guardaespaldas. Poco decoroso. Pero no ha sido el único incidente. También ayer, al magnate no se le ocurrió mejor idea que insultar a la popular presentadora de Fox News Megyn Kelly (en la imagen), a través de Twitter, con expresiones como "bimbo" (rubia tonta) o con frases despectivas como que "¡su reemplazo mientras ella estaba de vacaciones era mucho mejor!" o que "está realmente fuera de su juego". Los comentarios provocaron la reacción lógica de Roger Ailes, presidente de la cadena Fox, ex asesor y ex estratega del Partido Republicano, pidiendo al multimillonario que se disculpara. "Donald Trump rara vez se disculpa, sin embargo, en este caso, debería hacerlo". Roger Ailes sigue teniendo mucha influencia entre los republicanos. Daniel Esparza daniel@hispanidad.com