• Así se expresaba en un periódico digital de línea conservadora Scott Rigell, un congresista de Virginia.
  • Republicanos contrarios al magnate buscan un candidato alternativo, aunque sea independiente.
  • Los presidentes 41º y 43º, es decir los Bush, padre e hijo, dejaron claro que por primera vez no van a apoyar al candidato republicano a la presidencia.
  • La oposición de Trump al libre comercio choca con la opinión de muchos republicanos, especialmente en el ala empresarial del partido.
La situación actual de la formación republicana de cara a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que ha dejado a Donald Trump como último hombre de pie en la carrera por la nominación, ha llevado a sus críticos en el partido a intensificar la búsqueda de un candidato que puedan respaldar como una alternativa seria, informan agencias. Los políticos están cortejando a donantes, contactando con posibles candidatos y desarrollando planes de contingencia para superar las costosas leyes de inscripción de candidaturas. Los obstáculos para una campaña alternativa son inmensos. Ningún candidato independiente ha ganado una elección presidencial en Estados Unidos, aunque algunos han influido en el resultado final. Los esfuerzos de los grupos republicanos subrayan la división que genera la candidatura de Trump dentro del partido antes de una pelea en las elecciones generales donde probablemente enfrentará a la favorita para conquistar la candidatura demócrata, Hillary Clinton. Apenas veinticuatro horas después de confirmarse que Trump es el "presunto candidato" de los republicanos, portavoces de los presidentes 41º y 43º, es decir los Bush, padre e hijo, dejaron claro que por primera vez no van a apoyar al candidato republicano a la presidencia. La familia Bush no perdona al magnate que maltratara al tercero de la familia que intentaba la nominación, el exgobernador de Florida Jeb Bush, probablemente el principal perjudicado por la irrupción de Trump en la carrera. Fue perdiendo posiciones hasta verse obligado a tirar la toalla, cuenta La Vanguardia. La oposición de Trump al libre comercio choca con la opinión de muchos republicanos, especialmente en el ala empresarial del partido. Muchos de sus críticos también rechazan su retórica, incluyendo su llamamiento a prohibir temporalmente la entrada de musulmanes al país y su descripción de los inmigrantes mexicanos como violadores y traficantes de drogas. "Trump es un matón, indigno de nuestra candidatura. Mi amor por nuestro país eclipsa mi lealtad a nuestro partido, y para poder vivir con la conciencia tranquila no voy a apoyar a un candidato tan falto de juicio, que no tiene el temperamento y el carácter necesarios para ser el comandante en jefe de la nación. En consecuencia, si nos dejan sin alternativa, no voy a apoyar a Trump en la elección general". Así se expresaba en un periódico digital de línea conservadora Scott Rigell, un congresista de Virginia. Otros líderes republicanos de referencia también se han desmarcado. Mitt Romney, que fue candidato en el 2016, anunció ayer jueves que no piensa ni siquiera asistir a la Convención Republicana de Cleveland, de la que Trump ha de salir coronado. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com