Las propuestas contra el coronavirus olvidan la ley de la oferta y al demanda… y hasta el sentido común. 

La izquierda siempre se olvida de la primera ley de la economía: la ley de la oferta y la demanda. Pero la izquierda chiflada española olvida algo más: olvida el sentido común, un bien preciado que siempre le ha resultado ajeno.

El pasado miércoles, en el Congreso de los diputados, Podemos, ERC y CUP, exhibieron sus doctrinas económica, ante las que una social-capitalista o sea, una socialdemócrata, como Nadia Calviño, observaba con los ojos como platos, persiguiendo la cámara oculta que demostraría un virus tan contagioso como el Covid: el microbio de la locura.

No es que el plan de la vicepresidenta económica fuera para tirar cohetes -más gasto público y más deuda para nuestros hijos- pero sus socios, o apoyos, de Gobierno, iban mucho más allá, traspasando la frontera de la chifladura, según costumbre.

Así, Pablo Echenique y Gabriel Rufián pujaban por la renta básica universal, un alimentavagos y engañabobos, mitad por mitad.

Rufián también pidió, y dos días después lo aprobaba el Consejo de Ministros. el consabido impuestos para las grandes fortunas –poco recursos va a obtener con eso- y, atención: que se supriman los despidos por decreto-ley. Esto es muy bueno. Es decir, que si a un autónomo o a un microempresario, se le cae el negocio por el confinamiento forzoso y no tiene ingresos, deberá seguir pagándoles el sueldo a sus trabajadores, se supone que de sus ahorros personales… si es que los tiene, que me extraña. Y si no, que le embarguen y, a ser posible, le fusilen. Esto último no lo ha dicho Rufián pero estaba implícito. La extrema izquierda coincide con la extrema derecha que los males de España se resumen en que se ha fusilado poco y mal. En el caso de la izquierda, se ha fusilado a pocos ricos.

También solicitó nuestro buen Gaby que el propietario de un piso suspenda el pago del alquiler por parte de su arrendatario. Pero ojo, no porque una decisión comprensible del propietario ante la pandemia: no, por decreto. Ya no habrá okupas, solo ocupadores con todo el respaldo legal.

Pero, como no podía ser de otra forma, el público así lo esperaba, la diputada de la CUP -¿qué sería de nosotros sin la CUP?-, Mireia Vehí, les mostró el camino a los aburguesados Echenique y Rufián, señaló cómo hay que tratar al fascismo. Insisto en que su postura era lo más lógica, porque los de Podemos y ERC choca siempre con el mismo muro: ¿De dónde sacamos el dinero para hacer todo lo que proponemos?

Pues ahí tienen a doña Mireia, escuchémosla: que el BCE le de a la máquina de hacer billetes pero, ¡ojo!, no para prestar al Estado sino para regalárselo, ¿Lo cogen?

A ver Lagarde: ponte a fabricar billetes a toda velocidad. Además, en al era telemática no hay por qué hacer tal sa bata con un apunte en un ordenador y ¡tatachán!, el dinero ya está aquí… a beneficio de los huérfanos y de los pobres de la capital. Mireia se encarga del reparto.

Intentemos introducir cordura: la izquierda siempre olvida la primera ley de la economía: la ley de la oferta y la demanda. Cuanto más dinero en circulación más se devalúa la producción existente y en cualquier caso, la economía consiste en producir bienes y servicios útiles para los demás, no en producir dinero, que no es sino un instrumento de cambio de… productos, bienes y servicios.

Esto último no es la ley de la oferta y la demanda: es la ley del sentido común. Desconozco si la izquierda española olvidó antes la primer o la segunda.