• La ingeniería asturiana se queda sin balas, a la espera de una solución para refinanciar la deuda.
  • Del Valle admite ante los accionistas que todas las opciones están abiertas: ampliación de capital o nuevos inversores.
  • "La banca nos ha dedicado poco tiempo porque tenía problemas mayores, como Isolux o Abengoa", se queja.
Todo está abierto en Duro Felguera para superar la "tormenta perfecta", como ha dicho su propio presidente, Ángel Antonio del Valle (en la imagen), de la compañía. Pero cómo estarán las cosas que hasta Carlos Solchaga, el exministro socialista, ha formalizado su dimisión en la Junta General de Accionistas celebrada este jueves. Era consejero desde 2011 y había sido nombrado vocal este año tras la renuncia del consejero coordinador, Javier Valero Artola. Las opciones abiertas, desde la ampliación de capital o la entrada de un nuevo inversor, como ha reconocido el propio Del Valle, corren en paralelo a una negociación in extremis con los bancos acreedores, de la que también depende el futuro de la ingeniería asturiana. La ampliación de capital puede ser inevitable por los problemas de cobro en diversos proyectos internacionales pendientes de arbitraje (en Argentina, Australia o Venezuela), en lo que hay en juego 492 millones. La situación tarda demasiado tiempo en resolverse, no obstante, y ojo, añade incertidumbre al problema de fondo: la refinanciación de la deuda (244 millones), cuyo efecto se nota también en la contratación. A pesar de ello, la empresa ha contratado proyecto en lo que va de año por 400 millones. La banca ha dedicado poco tiempo a Duro Felguera "porque tenía problemas mayores, como Isolux o Abengoa", ha dicho Del Valle, pero lo único que ha dicho sobre los aplazamientos de pago es que tiene una nueva oferta de los bancos (acuerdo de espera o standstill). El silencio de los accionistas ha sido elocuente: ningún aplauso a su intervención y ninguna pregunta al presidente. "Ellos han decidido no preguntar -ha señalado Del Valle-; es la primera vez en mi vida que me sucede y no sé qué puede significar". La otra opción es la entrada de un nuevo inversor, también posible, aunque la condición a este respecto es mantener la "asturianidad" de la compañía. Rafael Esparza