• Eso sí, ambos presumen de ser partidarios de libre circulación de trabajadores dentro de la Unión Europea.
  • Pero la Coordinación de la Seguridad Social en la UE señala que cada inmigrante tiene los mismos derechos y obligaciones que los nacionales del país donde esté cubierto.
  • Cameron recuerda que no pertenecen a la eurozona ni al acuerdo Schengen y quiere evitar ser un imán para inmigración exagerada de otros Estados miembros.
  • Es partidario de impedir que alguien reciba prestaciones sociales sin haber cotizado antes.
  • Su homólogo húngaro ve el recorte como una línea roja y defiende que los húngaros van a Reino Unido "a trabajar" y no son "parásitos".
Parece que la solidaridad europea -uno de los principios de la Unión de los 28- se pone cada día más en entredicho. El primer ministro británico, David Cameron, no es el único que podría restringir las ayudas sociales a inmigrantes, incluidos comunitarios; también lo estudia la canciller alemana, Angela Merkel (ambos en la imagen). Eso sí, ambos líderes presumen de ser partidarios de la libre circulación de trabajadores dentro de la Unión Europea (UE). Otro principio fundamental cuestionado, sobre todo, a raíz de la crisis de los refugiados. Pero Cameron y Merkel deberían tener en cuenta la Coordinación de la Seguridad Social en la UE, la cual señala que cada inmigrante tiene los mismos derechos y obligaciones que los nacionales del país donde esté cubierto. Claro que también aclara dicha 'solidaridad': advierte que cuando un inmigrante solicita una prestación, deben contabilizarse los periodos anteriores de seguro, trabajo o residencia en otros países. El primer ministro británico mira sólo por sus intereses. La restricción de las ayudas sociales a inmigrantes es una de las condiciones -quizás la más importante- que pone al Ejecutivo comunitario para defender la permanencia del Reino Unido en la UE en el referéndum que tiene previsto celebrar en 2017. Cameron recuerda que los británicos no pertenecen a la eurozona ni tampoco al acuerdo Schengen, por eso quiere evitar que su país se convierta en un imán que genere inmigración excesiva de otros Estados miembros. En concreto, busca un restricción durante los primeros cuatro años que los inmigrantes estén en Reino Unido, con el fin de garantizarse de que cobran prestaciones después de haber contribuido. Y es que el primer ministro británico es partidario de impedir que alguien reciba prestaciones sociales sin haber cotizado antes. Algo en lo que coincide con la canciller alemana, Angela Merkel. Esta, tras un encuentro con su homólogo rumano, Dacian Ciolos, subrayó que "si se trata de conseguir las prestaciones sociales sin relación con el trabajo (…) entonces soy de la opinión de que es justo devolverlos de nuevo a sus países". Además, reiteró que "esa no es la intención de la ley de libre circulación de personas dentro de la UE". Merkel apoya los planes de su ministra de Trabajo, Andrea Nahles, que estudia limitar las prestaciones sociales a los ciudadanos de otros Estado miembro. Y además, cuenta con el beneplácito del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). En noviembre de 2014, éste falló a favor de que Alemania denegara ayudas sociales a ciudadanos de otros Estados miembros que sólo llegan al país con el objetivo de buscar empleo o beneficiarse de las ayudas sociales. Pero claro lo que propone Cameron y Merkel estudia también ha generado algunas críticas. Entre ellas, la del primer ministro de Hungría, Viktor Orban, que ve el recorte de las ayudas sociales como una línea roja. Además, se sintió ofendido y aprovechó su encuentro con Cameron para defender que los húngaros van a Reino Unido "a trabajar" y no son "parásitos". Cristina Martín cristina@hispanidad.com