Palabras de Cristo a Santa Faustina Kowalska: “Prepararás al mundo para mi última venida”. Es el ya famoso diario de la santa polaca, para ser exactos el punto 1076. Y no: no es que la Fiesta de la Divina Misericordia -este año domingo 19 de abril- sea un texto apocalíptico, entre otras cosas porque si uno adquiere el sensato -sí, sensato- pero peligroso hábito de adentrarse en el pantanoso terreno de los contenidos apocalípticos, la primera medida que debe tomar es distinguir entre el fin del mundo y la segunda y última venida de Cristo, dos hechos igualmente profetizados pero que podrían no tener nada que ver.

Al menos, casi todos los místicos que conozco -en la era moderna hay muchos más de lo que pensamos- distinguen entre ambas cosas, como dos sucesos absolutamente distintos y que podrían estar separados por muchos lustros de distancia. Un detalle, la Nueva Jerusalén, para otros Reinado Eucarístico, se desarrolla en esta tierra, no en la Jerusalén celestial.

Pero lo cierto, reparemos en ello, es que las almas reveladas -que no relevadas-, como Santa Faustina, suelen pasarse, por prudencia, mucho tiempo en interdicto por parte de la propia Iglesia. La religiosa polaca, más de 30 años. Su mensaje era demasiado fuerte, demasiado revolucionario. O sea, que no es obra humana sino divina.

Cristo, en ti confío: “Cuán dolorosamente me hiere la desconfianza en mi bondad

El diario de Santa Faustina estuvo prohibido durante más de 30 años, hasta que la Iglesia le dio el visto bueno y Juan Pablo II, no sólo la canonizó, sino que creo la Fiesta del Divina Misericordia en el II Domingo de Pascua. De este modo super-avalaba las revelaciones de Cristo a esta monja polaca recogidos en el Diario de la Divina Misericordia. No hay que creer en el primer chalado que asegure recibir revelaciones de Dios o de la Virgen, porque hay mucho iluminado y mucho demonio disfrazado, como decía el clásico, como ‘ángel de luz”. Pero tampoco conviene despreciar lo extraordinario porque la existencia misma resulta algo extraordinario.

En Hispanidad hemos dedicado 29 capítulos a ese binomio Wojtyla-Kowalska, que en mi opinión constituye el hito místico de la actualidad: una monja polaca (1903-1938) que tan sólo vivió 35 años y un Papa que llevó a la Iglesia al siglo XXI, probablemente el siglo de la Gran Tribulación.

Y de ahí el título: Cristo a Faustina: Prepararás al mundo para mi segunda venida.

¿Cómo?, Pues con el mensaje de la inagotable misericordia -sin faltar a la justicia- de Jesucristo y con su concreción en la vida de cada hombre, en esa cuatro Palabras: “Cristo, en Vos confío”. Cuatro palabras capaces que bastan y sobran para dar sentido a una vida, y que Kowalska completa con esta otra revelación: “¡Cuán dolorosamente Me hiere la desconfianza en mi bondad! Los pecados de desconfianza son los que Me hieren más penosamente”.

Mejor no desaprovechar este domingo 19 de abril, Fiesta de la Divina Misericordia.