El Ministerio de Sanidad descarta la inoculación con AstraZeneca para los que, con menos de 60 años, se presenten voluntarios. No es que al Gobierno Sánchez le preocupen los contratiempos del controvertido suero de Oxford, no. Lo que pasa es que, tras las sospechas sobre AstraZeneca, el Gobierno no quiere problemas. Y si Janssen provoca problemas pasado mañana… pues ya se verá. Por ahora, a pinchar con Johnson&Johnson. Además, ya está comprado. Los primeros viales ya han salido.  

La siguiente fase del liberticidio es: aunque te vacunes, nunca te quitarás el bozal. Hay que protegerse. Las restricciones serán eternas

Otra noticia del día sobre la pavorosa plandemia -plandemia (sí, la epidemia es real pero también lo es que algunos se están aprovechado de ello y han forjado, no un plan, sino muchas planes alrededor del virus para aumentar poder y dinero-); una verdadera plan-demia.

En cualquier caso, ¿no querías AstraZeneca? Pues toma Janssen, suma y sigue. Es decir, un nuevo error. Deberían aprovechar para centrarse en Pfizer y Moderna, las más eficaces y seguras. Ojo, que las vacunas sintéticas (Pfizer y Moderna) también utilizan cultivos celulares, alguno de los cuales han surgido de abortos. Eso sí, de forma tangencial.

El Tribunal Constitucional se carga la vacunación obligatoria de Núñez Feijóo

Más, la noticia de este miércoles 21 es que el Tribunal Constitucional le ha otorgado la razón a Moncloa, que recurrió la norma gallega ante el TC, porque el talibán de la derecha sanitaria, el pepero Núñez Feijóo, pretendía imponer a los gallegos la vacunación obligatoria. Hasta Sánchez tiene más sentido común que Feijóo… a veces.

Más: los contagios suben pero las muertes continúan en retroceso. Y lo que importan son los muertos, porque seguimos sin saber qué es lo que contagia y qué es lo que no: apenas tenemos conclusiones muy generales, como que el aire puro es bueno. Incluso lo era antes del virus.

Los contagios suben pero las muertes continúan en retroceso

Pero lo que sí se ha impuesto entre la sociedad es la propaganda oficial de que si no te vacunas eres un criminal. Y oiga, esto empieza a resultar ligeramente insoportable. No hemos creado un Estado policial, hemos creado algo muchísimo peor: hemos creado un vecindario policial.