El Tribunal Constitucional (TC), el lugar donde más se trabaja de España, algo más de cuarenta horas al mes, se dispone, a cuestionar, 14 meses después, la legalidad del encierro domiciliario de marzo: ¡Estamos salvados!

Sus señorías mejoran por momentos. Verbigracia, aún no han dictaminado sobre el recurso del PP contra la ley de aborto de Zapatero y ya han pasado más de 14 años.

Se guía por evidencias científicas: hace 10 días la ministra de Sanidad, Carolina Darias, decidió imponen restricciones -una marcha tras- a la apertura de la hostelería. En Moncloa han descubierto que los hosteleros son todos unos fachas. Claro, suelen ser autónomos y micropymes, ergo, quieren ser propietarios, no proletarios, ergo no votarán jamás al PSOE.

Se trataba de fastidiar, principalmente, a Madrid, pues fue cuando Díaz Ayuso hizo lo que mejor sabe hacer: un corte de mangas, oficialmente conocido como declararse en rebeldía. Es lo que se pretendía, claro está, pero lo que no podían prever en Moncloa es que otras comunidades demócratas, como por ejemplo Cataluña y Euskadi, y hasta predios del PSOE, se asustaran. Y es que, ya hemos repetido en este Diario de Pandemia que el personal anda un pelín mosca, y que no conviene irritarle más de lo debido. Así que, en aras del consenso y la cogobernanza, y sobre todo guiados por una nueva evidencia científica, mismamente contraria a la de diez días antes, el miércoles 9 de junio, Carolina Darías decide que ancha es Castilla y que la hostelería debe abrir sin límite. Es lo que tiene la ciencia que también es progresista y sus postulados, y sobre todo sus conclusiones, cambian aproximadamente cada semana.

En cualquier caso, Darias se ha vuelto dialogante, tolerante y cogobernante y convergente.

Las evidencias científicas de la ministra Darias son progresistas: sus conclusiones cambian cada semana

Y todo esto significa que las políticas Covid son un cachondeo. Bueno, lo fueron al comienzo, ahora simplemente son una tomadura de pelo perfectamente sedimentada.

Alguien está haciendo un gran negocio y alguien está adquiriendo un gran poder.

No sólo debe vacunarse la Selección sino todo el que pretenda hacerlo, en lo privado y en lo público

Hablando de Isabel Díaz Ayuso, promete que en cuanto esté vacunados el 50% de los madrileños podremos quitarnos la mascarilla en espacios abiertos. 

¿Y esa 'liberación ayusiana' es como para tirar cohetes? A mí no me lo parece, la verdad.

Y otra cuestión muy comentada en los últimos días: ¿Se debe vacunar a los futbolistas de la selección? Los que tenemos nuestras sospechas respecto a las vacunas, tanto desde el punto de vista ético como etiológico y teleológico (en plata, cuáles son las causas y los objetivos y consecuencias de estas vacunas) no pasamos a esa segunda premisa.

Ahora bien, si pasáramos, tendríamos que concluir que no sólo deben vacunarse lo futbolistas sino todo aquel que lo solicite. Esto de la igualdad es una chorrada que burocratiza la presunta solución al virus.