Los resultados de Deutsche Telekom hasta septiembre no son malos, ni mucho menos, aunque tampoco son para tirar cohetes. El mercado así lo ha entendido y la cotización de la compañía sube alrededor de un 0,5% en la mañana de este jueves, hasta los 15,07 euros por acción.

Como ha sucedido durante los últimos años, la teleco que dirige Tim Höttges crece gracias a T-Mobile, la filial de móvil en EEUU, que en abril completó la integración de Sprint. Ya entonces, la compañía admitió que la operación tendría unos costes que afectarían a los resultados de los próximos años.

Y así ha sido: el beneficio entre enero y septiembre fue de 2.487 millones de euros, un 22,6% inferior al de 2019, principalmente por los citados costes y por amortizaciones, a pesar del aumento del 24% de la facturación, que alcanzó los 73.377 millones.

Dos mercados: EEUU y Alemania (Europa). En el primero, el más relevante para la compañía, el volumen de negocio creció un 24% mientras que en el segundo, los ingresos cayeron un 1,9% a pesar del positivo desempeño comercial en Alemania durante el tercer trimestre, con 290.000 nuevos clientes.