Deoleo ha dejado atrás las pérdidas de 2018 y 2019 (12,1 millones) y ha registrado un beneficio antes de impuestos de 259 millones de euros durante el primer semestre del año.

El resultado, sin duda, es bueno, pero tiene matices, porque el grueso de ese beneficio no se debe al negocio puro y duro -la venta de aceita- sino a la refinanciación de la deuda que se llevó a cabo a principios de año. Así, en la nota publicada en la tarde del martes, figura un resultado financiero de 221,4 millones de euros, que contrasta con las pérdidas de 16,3 millones de junio de 2019.

Llegar hasta aquí no ha sido sencillo, ciertamente. El plan de refinanciación exigió que la banca acreedora tomara un 49% de la compañía tras capitalizar una deuda de 283 millones de euros -la deuda pasó de 575 a 240 millones-. Los accionistas, por su parte, aprobaron en enero una operación acordeón que supuso la reducción de capital a cero para compensar las pérdidas, y el aumento simultáneo de capital por 50 millones de euros, tras la que el fondo CVC siguió manteniendo el control de la compañía, con el 56,4% del capital.

En definitiva, la restructuración financiera, que se llevó a cabo en una situación extrema, ha salido bien a pesar de que los gobiernos de Rajoy y Sánchez no quisieron tomar partido. Y eso que estamos hablando de un sector estratégico para España.

Sea como fuere, a la mejor situación financiera se ha unido la mejora del negocio… por la pandemia. Como lo oyen. Al parecer, el confinamiento ha provocado un mayor consumo de aceite en los hogares de los tres mercados principales, España, Italia y EEUU, y las ventas aumentaron un 23,9%, hasta los 331,8 millones de euros. El Ebitda fue de 43,6 millones frente a los 12,6 millones del año anterior.