• La Fiscalía le acusa de irregularidades en quince operaciones, durante los años 2005-2008.
  • Esto sí que es grave porque es por lo que quiebra un banco.
  • No por los sobresueldos ni por las tarjetas negras.
  • Serra fue el vicepresidente y hombre de confianza de Felipe González que llenó la etapa del post guerrismo.
Para entendernos: un banco no quiebra porque unos cuantos señores decidan recibir sobresueldos –como los que, presuntamente, se adjudicó el propio Narcís Serra (en la imagen) y su equipo y por los que serán juzgados próximamente-, o por la utilización de las tarjetas negras. Como hemos defendido siempre en Hispanidad, un banco quiebra por operaciones como las que está investigando la Fiscalía Anticorrupción y en las que estaría involucrado el ex vicepresidente socialista, Narcís Serra. Esas son las operaciones verdaderamente importantes y más, si cabe, en una entidad, Catalunya Bank, que recibió ayudas públicas superiores a 12.000 millones de euros. Ha sido, sin lugar a dudas, el ejemplo más clamoroso del desastre de la restructuración bancaria española. A lo nuestro. En su día, el Frob, propietario de CX desde septiembre de 2011 hasta julio de 2014, cuando fue adjudicada al BBVA, denunció la existencia de quince operaciones irregulares que habrían generado un agujero de unos 900 millones de euros. Estamos hablando de adquisición de inmuebles y/o participaciones en diversas sociedades, de refinanciaciones para la compra de sociedades, renegociaciones de préstamos con reducciones de garantías, cancelaciones de deuda y operaciones de inversión. Todas ellas llevadas a cabo entre los años 2005 y 2008, con Serra como presidente de Catalunya Caixa. Pero Serra no estaba solo. Las sospechas también recaen en otros miembros de la cúpula de la entidad de aquellos años. En definitiva, y después de escuchar, a principios de este año, la declaración de don Narcís -declaración que hemos conocido este viernes- el fiscal Fernando Maldonado tendrá que decidir si presenta una querella contra ellos. Como recordarán, Serra fue vicepresidente del Gobierno y hombre de confianza de Felipe González entre los años 1991 y 1995. Fue, de hecho, el hombre que llenó la etapa del post guerrismo. Antes, fue ministro de Defensa (1982-1991) y alcalde de Barcelona (1979-1982). Sin duda, una carrera política ascendente. Lástima que ahora se vaya a ver afeada por su gestión en CX. Presuntamente, claro. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com