Las hemerotecas existen y buena prueba de ello es este vídeo de un mitin de antaño, con Pedro Sánchez en Andalucía, con Susana Díaz al lado, arremetiendo contra Pablo Iglesias, a quien sólo le importaba, según el actual presidente del Gobierno, controlar a policías, jueces y periodistas. 

Lógico, como buen comunista no disimulaba sus ansias de poder. Ahora, como buen vicepresidente, sí tiene que hacerlo. Pero sus objetivos son los mismos: el mayor poder durante el mayor tiempo posible.

Un vídeo corto, a fuer de instructivo, a completar con este otro del Gran Wyoming, al que tampoco agrada la iniciativa de modificar la mayoría necesaria para el gobierno de los jueces. No quiere nuestro intelectual televisivo que toda Europa se eche encima de Sánchez porque si uno no es eurócrata no puede pasar por progresista. Y hablando de Europa, este mismo jueves la Comisión Europea ha avisado al presidente español: "Hay que reducir la influencia del poder Ejecutivo sobre el Judicial". Vamos, que deje en paz a la justicia.

No obstante, a Sánchez se le empieza a torcer su control del CGPJ, a costa de cambiar  la mayoría. Wyoming habló pocas horas después de que Gabriel Rufián asegurara que si PSOE y Podemos cambian la ley para controlar al poder judicial, cuando la derecha suba al poder podría hacer lo mismo. Y sin los indepes catalanes, Sánchez se queda, no ya sin mayoría de tres quintos sino sin mayoría del cincuenta por cien.

Pero no olvidemos que la segunda reforma de mayor calado para hacer injusta la injusticia, sigue su curso sin alharacas. Es esta: que los fiscales sean quienes instruyan las causas, no el juez

Pero no olvidemos la segunda reforma de calado: la reforma de la ley de Enjuiciamiento Criminal. El moderado ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ya ha metido en el texto que sean los fiscales, al servicio del Gobierno y de doña Dolores Delgado, quienes se encarguen de la instrucción de la causa, en lugar del juez.

¿Alguien duda de que cada día nos parecemos más a la Venezuela de Nicolás Maduro?