• La India neutraliza a la jerarquía y el clero católicos mediante su política de visados.
  • las autoridades detectan que se trata de cristianos, les deniegan o les retrasan 'sine die' los permisos de entrada al país.
  • Es una forma 'sibilina' de persecución o discriminación a los cristianos.
  • Una persecución que ha ido en aumento desde la llegada al poder del partido fundamentalista hindú Bharatiya Janata Party, el del primer ministro indio, Narendra Modi.
Ya hemos explicado que en la India existe una persecución a los cristianos, que no solo no cesa, sino que va en aumento, sobre todo a raíz de la llegada al poder del partido fundamentalista hindú Bharatiya Janata Party, el del primer ministro indio, Narendra Modi (en la imagen) que consiente en ese acoso. Y una de las formas que reviste esa persecución es la política de visados que lleva a cabo el Gobierno indio. En este caso, para no dejar entrar a cristianos o limitar su estancia en el país, algo que afecta de manera especial a los misioneros que quieren entrar en la India. La medida consiste en lo siguiente: cuando un sacerdote u obispo rellena sus datos para pedir un visado, el Gobierno indio detecta que se trata de un cristiano. Así que le resulta muy sencillo o bien denegarle el visado o bien retrasárselo 'sine die' para de esa manera bloquear su entrada. De esta práctica hay casos reales, contados por sus protagonistas. El Gobierno indio lo hace así, de manera sibilina, porque no puede hacerlo de otras formas, digamos, más brutas: por ejemplo, prohibiendo la entrada en el país de inmigrantes. Y es que la India posee una enorme cantidad de población emigrante por el mundo que podría verse perjudicada si toma esas medidas 'a lo bruto'. Porque los países en los que están viviendo podrían tomar represalias contra ellos y expulsarlos del país. Así que, en este caso, la India también persigue 'sibilinamente' a los cristianos. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com