• Otto Pérez Molina asegura que es inocente, aunque se blinda en el cargo para que no le retiren su inmunidad.
  • La Fiscalía y una comisión internacional han encontrado evidencias de que el mandatario lideró una trama de sobornos.
  • El escándalo ha provocado ya, durante este fin de semana, la dimisión en cadena de seis altos cargos.
  • El predecesor en la presidencia, Eduardo Stein, se remite al marco jurídico del país, que contempla la eventual destitución de Pérez Molina.
Otto Pérez Molina se blinda en el cargo. El presidente guatemalteco ha confirmado que no va a dimitir, a pesar de la losa que recae sobre él por liderar una macro red de sobornos. Así lo aseguró este domingo, tras eximirse de cualquier responsabilidad en el escándalo de corrupción que mantiene en vilo al país. "Mi conciencia está tranquila", aseguró el mandatario, que sí reconoció prácticas irregulares en su Gobierno. "Esto me obliga a pedir disculpas públicamente a todos los guatemaltecos", zanjó Pérez Molina durante un discurso televisado. Este anuncio se produce después de que la fiscalía del país y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) hayan exigido a Pérez Molina el retiro de la inmunidad inherente a su cargo como presidente. Según estos organismos, existen evidencias de que el mandatario lideraba un complejo entramado de corrupción en el que funcionarios públicos recibían sobornos de empresarios para que estos últimos pudieran evadir impuestos. La investigación apunta a que su mano derecha en la trama sería la ex vicepresidenta del país, Roxana Baldetti,  que tuvo que dimitir el pasado 8 de mayo y ha sido detenida este viernes. Aún no están determinadas las cuantías del fraude, aunque se estima en varios millones de dólares. Según los últimos avances, Pérez Molina y Baldetti habrían recibido al menos dos millones de quetzales (más de 228.000 euros) en sobornos. La trama, denominada La Línea, ha implicado a varios dirigentes del Gobierno. Solo este fin de semana han renunciado a su cargo siete funcionarios, tras el incremento de las protestas. El ex vicepresidente del país, Eduardo Stein, ha asegurado que el país atraviesa una crisis política profunda porque "el ministerio público nunca antes había solicitado a un presidente la retirada de su inmunidad, presentando elementos probatorios tan serios". Dicho esto, Stein también ha llamado a la calma porque el marco jurídico del país contempla la salida de su presidente, así que "no hay ninguna duda institucional". Daniel Esparza daniel@hispanidad.com