Mario Draghi deja un BCE convulso. Las medidas anunciadas tras la reunión del mes de septiembre, especialmente la compra de deuda pública por parte del organismo, han cabreado a más de un miembro del Comité Ejecutivo y han provocado la dimisión de la alemana Sabine Lautenschläber.

Lógico: el país germano no quiere fomentar la irresponsabilidad de algunos países del euro, que aprovecharán las facilidades del BCE para endeudarse más de lo que están. Se trata de frenar cuanto antes la crisis de deuda que se nos viene encima y, sobre todo, de impulsar el crecimiento económico, pero el de verdad, no el monetario.

La salida de Lautenschläber se produjo -miércoles 25- solo cinco semanas antes de la llegada de Christine Lagarde, que tomará el relevo de Draghi el 1 de noviembre. La francesa, en principio, no cambiará la política de su antecesor, lo que augura más tensión y, por qué no, más dimisiones en el BCE.