Credit Agricole ha seguido la senda de la mayoría de los grandes bancos europeos durante el primer trimestre del año, para presentar unas cuentas positivas, que inviten al optimismo: más banca de inversión y menos provisiones.

Así, la entidad gala aumentó el beneficio un 64%, hasta 1.050 millones de euros, impulsado por el crecimiento del 17% del negocio de banca de inversión y de mercados de capitales, que alcanzaron los 708 millones de euros. Además, Credit Agricole registró un aumento del negocio de gestión de activos, que incluye los seguros, hasta alcanzar 1.580 millones. En total, los ingresos del banco francés amentaron un 5,6% hasta 5.493 millones de euros.

La entidad también siguió la tónica general del sector en cuanto a las provisiones, que redujo un 38,2% hasta 384 millones. Las perspectivas económicas en Francia también son positivas, algo no muy difícil después del derrumbe económico vivido en 2020.

Un último apunte: durante los tres primeros meses del año, el banco redujo cuatro décimas la ratio de capital CET1 (máxima calidad) respecto al cierre de diciembre de 2020, hasta situarla en el 12,7%. No es para preocuparse, pero…

Un banco agrícola de origen cooperativo metido en actividades de banca de inversión. Curioso. Claro que los derivados nacieron en el campo...