Crédit Agricole ganó 4.844 millones de euros en 2019, un 10,1% más que el año anterior gracias, principalmente, a los buenos resultados del cuarto trimestre. Efectivamente, entre octubre y diciembre, la entidad francesa ganó 1.661 millones, un 64,9% más que en el mismo periodo de 2018, y la cifra de negocio aumentó un 5,5%, hasta 5.119 millones.

La clave del ejercicio ha estado en la apuesta decidida de la entidad por la banca de inversión y la gestión de activos, estrategia que el primer ejecutivo, Philippe Brassac, ha potenciado durante el último trimestre. Así, ha logrado compensar el impacto de los tipos de interés negativos que castigan a la banca europea. Además, la entidad registró un ingreso de más de 1.000 millones de euros por una resolución fiscal favorable.

Mientras, en España, Bankoa Crédit Agricole se lanza al mercado hipotecario, pero no con hipotecas sino con préstamos personales.

Crédit Agricole, cada vez menos ‘agricole’. Y pasar del esíritu cooperativo a tiburón de la especulativa banca de inversión resulta una metamorfosisi electrizante... y no necesariamente positiva.