• Aunque no confirmó "con certeza" que la destituida mandataria Dilma Rousseff y el actual presidente de Brasil, Michel Temer, estuvieran al tanto de "cualquier ilícito en las donaciones".
  • Pero, mientras, el caso de los sobornos de Odebrecht afecta también a Chile y suma ya a doce países de Iberoamérica.
El escándalo de los sobornos (para conseguir obra pública) de la constructora brasileña Odebrecht SA, la mayor empresa de ingeniería y construcción de Iberoamérica, va 'in crescendo'. Lo último es que el empresario Marcelo Odebrecht confirmó el miércoles a las autoridades electorales de Brasil que pagó al jefe de campaña de la ex presidenta Dilma Rousseff en 2014 con fondos de la caja chica de la firma constructora, tras un acuerdo con el entonces ministro de Hacienda Guido Mantega, dijeron a Reuters fuentes cercanas al caso. Al final de su testimonio, el expresidente ejecutivo de la compañía dijo que no podía afirmar "con certeza" que la destituida mandataria Rousseff y el actual presidente de Brasil, Michel Temer, estuvieran al tanto de "cualquier ilícito en las donaciones", según las fuentes. Odebrecht ratificó que los pagos fueron realizados a Joao Santana, que por entonces dirigía la campaña electoral de Rousseff para llevarla a un segundo mandato. Marcelo Odebrecht ha sido sentenciado a 19 años de prisión por una corte federal de Brasil por su rol en el extenso escándalo de corrupción que ha implicado a algunos de los más altos líderes políticos y empresariales de varios países de Iberoamérica. Precisamente, el último país 'contagiado' ha sido Chile, donde la policía ha registrado este miércoles la sede de Odebrecht en Santiago, como parte de una investigación contra la constructora brasileña por pagar sobornos para conseguir obra pública, informa El País. "Hay cierta gente con la que queremos hablar en relación a hechos que podrían haber ocurrido en Chile y que eventualmente podrían constituir delito", ha dicho el fiscal general de Chile, Jorge Abbott en declaraciones a los medios de comunicación chilenos. La Fiscalía chilena también investiga si la empresa de ingeniería brasileña OAS financió ilegalmente campañas electorales en la nación sudamericana. Sus oficinas en Santiago ya fueron registradas el mes pasado. Los detalles de la compleja maquinaria corrupta salieron a la luz el 21 de diciembre pasado. Ese día, el Departamento de Justicia y la Fiscalía de Estados Unidos publicaron la confesión en la que directivos de la empresa admiten haber pagado aproximadamente 788 millones de dólares en 11 países de Iberoamérica y Mozambique. Algunos de los países en que Odebrecht pagó sobornos en Hispanoamérica son Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú y Venezuela. La constructora, con 128.000 empleados y unos ingresos brutos de 40.000 millones de dólares, es el personaje central de la trama descubierta por la Operación Lava Jato, que investiga desde 2014 una red corrupta en la petrolera estatal brasileña Petrobras desplegada desde hacía décadas. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com