La pandemia del coronavirus está sirviendo para poner de manifiesto que la pretendida unidad de la Unión Europea, con el único Gobierno de la Comisión Europea para gobernarlos a todos (aunque sin el anillo de Frodo), es una quimera. Y que, cuando hay problemas, a la hora de la verdad, y sobre todo cuando se ha demostrado la ineficacia de la UE, cada país se busca la vida.

Se está viendo en la crisis motivada por la pandemia del coronavirus. Hungría fue el primer país en desmarcarse de la estrategia de vacunación y acusó a la Comisión Europea de lentitud en la negociación de los contratos con las farmacéuticas y de fallos en la distribución de las dosis. Las críticas fueron ignoradas por Bruselas. Y entonces Hungría empezó a recibir dosis de la vacuna rusa, recoge El País.

La República Checa, Polonia o Croacia también se han desmarcado de la la estrategia de vacunación de la UE. En concreto, el presidente de Polonia, Andrej Duda, también ha tanteado con el presidente chino, Xi Jinping, la posibilidad de adquirir la vacuna de ese país (Sinopharm), que tampoco ha solicitado la autorización europea, informa el mismo medio.

Y los últimos países en hacerlo han sido -ayer mismo-  Austria y Dinamarca, que preparan su propia estrategia para las campañas de vacunación. El primer ministro austriaco, Sebastian Kurz, criticó ayer martes a la Agencia Europea del Medicamento (EMA) por ser demasiado lenta en la autorización de las vacunas. Y se ha puesto en contacto con Rusia para poder recibir y producir parte de la vacuna rusa Sputnik V, que la EMA no ha valorado todavía.

Además, Austria y Dinamarca “dejarán de depender en el futuro de la Unión Europea (UE)” en el campo de la vacunación y prevén cooperar con Israel en la producción de fármacos.

Austria y Dinamarca “dejarán de depender en el futuro de la Unión Europea (UE)” en el campo de la vacunación y prevén cooperar con Israel en la producción de fármacos

Y es que la UE no responde a las peticiones de los países con la celeridad que debería en tiempos de coronavirus. Eslovaquia, uno de los países con la tasa de mortalidad por Covid-19 más alta del mundo en estos momentos, pedía la semana pasada que se le diese prioridad en la distribución de vacunas, una solicitud que no ha tenido respuesta conocida. Los eslovacos han optado por comprar dos millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V, añade El País.

De momento, Bruselas ha autorizado las inyecciones de Pfizer, Moderna y AstraZeneca y se espera para este mes la de Johnson & Johnson, de una sola dosis.

Pero la mala prensa de la vacuna de AstraZeneca fuera del Reino Unido ha ayudado a poner en riesgo la meta de vacunación de la UE, según informa ABC. Los alemanes, por ejemplo, no se la quieren poner porque los ensayos demostraran que es menos eficaz que las alternativas…

Sin embargo, hoy mismo, el ministro de Sanidad de Alemania, Jens Spahn, ha abierto la puerta a la autorización de la vacuna de AstraZeneca en mayores de 65 años tras los datos de los estudios británicos que evidencian que funciona «muy, muy bien» en este grupo de edad, recoge Última Hora.

Varios países europeos, como Francia, Italia o España, siguieron la estela de Alemania y decidieron no administrar las dosis de AstraZeneca a los mayores de 65 años a la espera de más evidencia científica en este grupo de edad. De hecho, en nuestro país su uso se ha restringido a personas menores de 55 años. El Ministerio de Sanidad, en cualquier caso, está estudiando ampliar estos rangos de edad tras los nuevos estudios, añade Última Hora.