El Domingo de Resurrección, se celebró en Costa Rica la segunda ronda de las elecciones presidenciales, donde ha resultado ganador el oficialista Carlos Alvarado, candidato del Partido de Acción Ciudadana (PAC). Se trata de todo un progre, que defiende el matrimonio entre personas del mismo sexo y la ideología de género.

Por primera vez, se ha dado un giro respecto a los resultados de la primera ronda, donde venció el evangélico Fabricio Alvarado, candidato provida y profamilia del Partido Restauración Nacional (PRN). Reflejando así lo reñida que ha estado la batalla por ocupar el sillón que hasta ahora ostentaba Luis Guillermo Solís Rivera.

Y con gran diferencia: Carlos Alvarado ha obtenido el 60,8% de los votos, frente al 39,2% de Fabricio Alvarado, en la segunda ronda donde la participación ha crecido ligeramente hasta el 67%, según La Nación de Costa Rica. Tras su victoria, el oficialista ha dicho: “Hemos entendido que ese es el mensaje que la ciudadanía nos ha dado: gobernar para todas y todos”, al tiempo que ha llamado a la unión nacional, pidiendo la ayuda de otros partidos para atender cuanto antes el grave déficit fiscal y la creciente desigualdad social.

Tras la primera vuelta, Carlos Alvarado, señaló en su Twitter que “el próximo gobierno deberá llevar la agenda de las mujeres, de las personas con discapacidad y de la igualdad”. Además, de defender las uniones de personas del mismo sexo, está a favor de la implementación de las guías sexuales en los colegios y de la ideología de género, según informó La Nación de Costa Rica.

Eso sí, a pesar de algunas publicaciones que circularon por las redes sociales, el candidato del PAC afirmó que no está a favor del aborto y desmintió que fuera a cambiar la ley del aborto. Actualmente, en Costa Rica, el artículo 121 del Código Penal recoge que “no es punible el aborto practicado con consentimiento de la mujer por un médico o por una obstétrica autorizada, si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y éste no ha podido ser evitado por otros medios”. Según grupos feministas y de derechos humanos, tampoco se aplica por desconocimiento, temor o prejuicios de los médicos, informó eldiario.es. Una crítica que no extraña, pues seguramente quieran que ese supuesto se convierta en un coladero para el aborto libre, como sucede en tantos otros países, entre ellos, España.