El  Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) en España, Instituto de Salud Carlos III, utiliza  la  información  de mortalidad por todas las causas que se obtiene diariamente de 3.929 registros civiles informatizados del Ministerio de Justicia, correspondientes al 93% de la población española y que incluye todas las provincias. Las estimaciones de mortalidad esperada se realizan mediante modelos restrictivos de medias históricas basados en la mortalidad observada de los últimos 10 años.

Con la pandemia de coronavirus, en el primer periodo de exceso de mortalidad, del 11 de marzo al 9 de mayo, España registró 42.311 muertes más de las esperadas, según los informes del MoMo que recoge Maldita. En cambio, el Ministerio de Sanidad contabilizó 26.414 muertes.

En el segundo periodo de exceso de mortalidad, entre el 28 de julio y el 15 de agosto, el MoMo contabilizó 2.105 muertes por encima de lo estimado. Por su parte, el Ministerio de Sanidad, contabilizó 309 muertes por coronavirus, añade Maldita.

Y en el mes de agosto, Sanidad comunicó 566 muertes por coronavirus. Sin embargo, los registros civiles contabilizaron  2.505 muertes más de las que eran previsibles en este mes, recogió Nius.

Por otra parte, a mediados de septiembre, España era el segundo país con más muertos del mundo y entre los 10 más afectados, según destacó Hispanidad.

Todo este lío viene a cuento de que, según ha publicado hoy ABC, el Instituto Nacional de Estadística (INE) tiene ultimado un proyecto que permitirá agilizar todo el proceso de comunicación y certificación de fallecimientos -en tiempo real- para evitar un nuevo caos con las cifras de muertes, como el vivido durante los primeros meses de la pandemia. La idea es empezar con un proyecto piloto este otoño y tenerlo completamente implantado en toda España a comienzos del próximo año.

Esto permitiría procesar en el día la información, cuando ahora, en el mejor de los casos, se tarda dos meses

La propuesta es cambiar el certificado médico de defunción, el documento (en papel) que distribuye el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, por un certificado digital. Esto permitiría procesar en el día la información, cuando ahora, en el mejor de los casos, se tarda dos meses. El proceso será telemático y quedarán informados al mismo tiempo tanto el Registro Civil como el INE. Se generará también un documento que posteriormente se podrá imprimir y servirá como salvaguarda del proceso para los familiares y la funeraria, añade el mismo medio.

El facultativo -solo un médico puede certificar un fallecimiento- podría desde su propio teléfono móvil o en cualquier ordenador, conectarse a la aplicación para proceder a la certificación. Bastará con que aporte su número de colegiado e identificación, anotar la fecha y lugar, si hubo indicios de muerte violenta o si existen riesgos infecciosos. Además, se quiere que no sea necesario esperar a la funeraria para no entorpecer y retrasar el proceso, explica también ABC.

Ahora cuando se produce una defunción y no hay indicios de muerte violenta, normalmente la funeraria entrega al médico el documento y este rellena la certificación de la defunción y su causa. La funeraria entrega el documento en el Registro Civil del municipio donde se produce el fallecimiento y un funcionario del registro incorpora los datos a ese documento. Todos estos informes se acumulan y hasta primeros del mes siguiente no se envían al INE, que es quien se encarga de su escaneo y procesamiento para elaborar las estadísticas. Todo esto se resolverá con el certificado digital, añade ABC