Justificaba Pedro Sánchez la presencia de 'Super Pablo Iglesias' en el Consejo de Ministros que decretó el estado alarma en que..."no ha dado positivo y lógicamente podía acudir", incidiendo en que en todo momento "se han seguido las recomendaciones de las autoridades sanitarias" y recordando que los únicos dos miembros del Gobierno con coronavirus son la ministra de Igualdad, Irene Montero y la de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias y... ¡pásmense!, la justificación era para sí mismo porque Sánchez tampoco podría haber presidido el Consejo si el resultado de la prueba, que daba positivo para su mujer Begoña Gómez, se conocía desde primera hora del sábado.

El  'presi´ debería haber tomado las medidas oportunas si tenemos en cuenta que su mujer estuvo codo con codo a la cabeza de la manifestación del 8M con la vicepresidentas, Carmen Calvo y con Nadia Calviño que, de momento, no están contiagadas y muy cerca de la ministra de Igualdad. El protocolo establece en estos casos la necesidad de guardar cuarentena en casa de los familiares y parte del personal sanitario que, si fuera el caso, haya estado en contacto con el afectado.

La crisis sanitaria ha puesto el foco en la mayor, aunque no la primera, diferencia entre los miembros de la coalición de Gobierno que discrepó también sobre el alcance del parón productivo

Y es que, Sr Sánchez….de verdad….hay que predicar con el ejemplo cosa que no ha hecho el vicepresidente Iglesias que se presentó en Moncloa convencido de que sus ideas, geniales, siempre geniales, merecerían ser expuestas cara a cara y no de manera telemática. Entre otras, que se sepa, la nacionalización de las eléctricas y de los medios de comunicación. Ya sabemos que a Iglesias le hubiera encantado ejercer el control sobre los medios público, lo dijo en una de las tantas lista de peticiones que presentó a Pedro Sánchez para venderle su apoyo.

Iglesias exigió al parecer tener un papel protagonista en la gestión de la crisis. Pero no solo eso sino que quiso echar por tierra algunas de las medidas económicas. Así que la sesión vespertina del Consejo se convirtió en una bronca monumental en la que la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, puso al vicepresidente segundo contra las cuerdas de la dimisión. Pero lo que provoco el basta ya de Calviño fue la peregrina propuesta de nacionalizar al sector eléctrico. "O dimite él o nos vamos nosostros" fue la amenaza de la vicepresidenta económica que defendía la moderación.  Algunos ministros más la secundaron a Calviño bajo la amenaza de abandonar el Gobierno. El 'sector calvinista', mayoritario en la reunión del Gabinete, venció en esta ocasión ante un sobrepasado Sánchez, al que la crisis del coronavirus no sólo le desbarata su hoja de ruta.

La crisis sanitaria ha puesto el foco en la mayor, aunque no la primera, diferencia entre los miembros de la coalición de Gobierno que discrepó también sobre el alcance del parón productivo. Desde el Ministerio de Trabajo se pide una mayor protección a los trabajadores que pierdan su empleo o lo vean reducido.

Unidas Podemos pide más medidas a Pedro Sánchez, en especial en materia de empleo. Algo que coincide con el malestar que ha suscitado entre las organizaciones representantes de los trabajadores el  retraso en la definición de apoyo a los ERTEs que, previsiblemente, ira en el próximo Consejo de Ministros.

Los independentistas catalanes y vascos consideran que el decreto es recentralizador puesto que “confisca” competencias a las comunidades autónomas

Un 155 “encubierto”

Pero la bronca de ayer, que provocó una reunión XXL en Moncloa, fue también la necesidad de que el Gobierno tuviera el control absoluto de la situación, tras decretar el estado de alarma, por encima de las competencias autonómicas. La reacción de Quim Torra era de esperara pero la de Íñigo Urkullo inquieta porque se le presume sensatez, bien es cierto que en algunos casos, y sin embargo se alineó con con el presidente catalán y arremetió contra el mando al que considera “un 155 encubierto”. Lo cierto es que ambos  no han sabido encajar el decreto del Gobierno sobre el estado de alarma y están haciendo el ridículo, en mi humilde opinión.

Los independentistas catalanes y vascos consideran que el decreto es recentralizador puesto que “confisca” competencias a las comunidades autónomas. Sobre el estado de alarma las competencia, Torra ha trasladaba a través de Twitter: “He llamado al lehendakari Urkullu para valorar el avance de la pandemia del coronavirus y la respuesta que debemos dar. Coincidimos en que no podemos aceptar que el Gobierno español confisque nuestras competencias en salud, seguridad y transporte. Necesitamos apoyo, no recentralización”.

Veremos lo que ocurre en la reunión con los presidentes autonómicos que mantiene a estas horas Pedro Sánchez por video conferencia

Datos actualizados. Importante: 517 altas

Los datos actualizados muestran más de 6.200 contagiados, 197 muertos y, lo que es muy importante, a mi entender, que se eleva 517 los pacientes recuperados, indicativo de que hay que ser optimistas. Bien es cierto que el ritmo en los contagios casi dobla al de los que reciben en alta pero el hecho de que vuelvan a casa los primeros afectados, evidencia que la crisis es controlable y que no hay que entrar en pánico.

Lo que provoco el "basta ya" de Calviño fue la peregrina propuesta de Iglesias de nacionalizar al sector eléctrico. "O dimite él o nos vamos nosostros" amenazó la vicepresidenta

Tenemos como ejemplo a China, que ha logrado controlar la pandemia en apenas tres meses ya que los primeros casos se detectaron el 1 de diciembre del pasado año en la ciudad de Wuhan. Ee manera que si hay algo que ya podemos sacar en claro de toda esta crisis es que parece obvio que el ejemplo chino debe ser el modelo a seguir y que, quizá, España pueda tener controlada al coronavirus en menos tiempo.

Hay que recordar que el propio Ministerio de Sanidad aseguraba, hace apenas dos semanas, que: “el coronavirus no es una enfermedad grave” “No es una enfermedad grave, pero no es banal”, decía Fernando Simón, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio

En ese momento, el hecho de que se aportara información al minuto de cada caso, y la forma de publicarlos en los medios, estaba generando una situación de alerta en la población que, según muchos expertos, no tenía razón de ser. “Las noticias de cada contagio alertan a una población que ignora que "este virus es mucho menos peligroso y mortal que la gripe común", decían

Así que, mientras en España, y en estas circunstancias,  se decide si suspender o no las elecciones en Galicia y el País Vasco, Francia desafía al coronavirus y celebra elecciones municipales este domingo a pesar del estado de excepción que ha dejado el país prácticamente desierto y después de que el presidente, Emmanuel Macron, prohibiera las concentraciones de más de un centenar de personas como medida de respuesta a la pandemia del coronavirus, que ha dejado ya casi 80 fallecidos.

Macron quiere transmitir un mensaje de normalidad a pesar de la crisis; tranquilidad que ni siquiera un nuevo caso positivo de enfermedad en el Gobierno, el de la secretaria de Estado para la Transición Ecológica, Brune Poirson, confirmado ayer sábado, debe alterar.

Tenemos como ejemplo a China, que ha logrado controlar la pandemia en apenas tres meses ya que los primeros casos se detectaron el 1 de diciembre del pasado año en la ciudad de Wuhan

Y qué decir de  Boris Johnson que se declara impotente ante el coronavirus y da prioridad a la economía. Ha hecho una apuesta muy arriesgada y se juega su futuro político con la decisión de no tomar medidas drásticas contra la pandemia y centrar su estrategia en suavizar la curva del coronavirus para que el pico de contagios se produzca dentro de un par de meses cuando la sanidad pública pueda estar más preparada para afrontar el choque.

Un plan que para algunos responde a la resignación de que el gobierno no va a poder hacer nada para frenar el coronavirus, que un número muy considerable de muertes es inevitable, y que por tanto es mejor intentar proteger la economía de cara a quienes sobrevivan.

Boris ha decidido, por tanto, salirse del consenso asiático y europeo en la respuesta a esta crisis.