Sigue el miedo. Pánico en toda España al coronavirus y temor general a la muerte, miedo que aprovecha el Ejecutivo Sánchez para manejar a su antojo a una sociedad medrosa.

Y así, durante la rueda de prensa de la mañana del domingo 22, el comisario jefe operativo de la Policía Nacional, José Ángel González, cada día más crecido, nos informa de que “la situación está perfectamente normalizada”… y lo dice en el momento en que hemos conocido que, durante las últimas 24 horas, murieron casi 400 españoles. Récord hasta el momento.

En la misma línea, su compañero, el general de la guardia civil, Laurentino Ceña, nos amenazaba con tolerancia cero frente a quien no cumplan las normas… carcelarias

Y es que el comisario González entiende que normalidad consiste en que los españoles obedecen como corderitos las órdenes del Gobierno, incluso las más drásticas.

En la misma línea, su compañero, el general de la guardia civil, Laurentino Ceña, nos amenazaba a todos con tolerancia cero frente a quien no cumpla las normas… verdaderamente ‘carcelarias’, incidiendo sobre su parlamento anterior, en el que habló de irresponsables, además de su perorata contra la ideología de género, muy pertinente en estos momentos.

En definitiva, que la normalización no consiste en vencer al coronavirus sino en que todo el mundo obedezca al Gobierno sin rechistar, esté o no de acuerdo con las medias drásticas a las que se obliga a los ciudadanos y con la vulneración de derechos y anulación de libertades que ello supone.

La secretaria general de Fomento, María José Rallo, insistía: el confinamiento es un éxito, aquí no se mueve nadie

Para finalizar, la secretaria general de Fomento, María José Rallo, insistía en que el confinamiento es un éxito: aquí no se mueve nadie. En efecto caen en picado los viajes en avión o en tren. Por cierto, si la señora Rallo suprimiera por decreto los viajes en avión, en tren y en autobús el éxito y la ‘normalización’ serían aún mayor: se reducirían al 0%.

Ahora bien, ¿eso va a curar a los infectados por el virus?

Un rayo de esperanza: la cacerolada de la noche del sábado, que no era contra Pablo Iglesias sino contra el liberticidio de Pedro Sánchez, demuestra que hay españoles que no tragan con el sofisma.

Pero la cacerolada y la petición de elecciones demuestran que hay españoles que no tragan con el intento liberticida del Gobierno Sánchez... y ya piden elecciones

Por las redes sociales, ya ha empezado a correr un mensaje que resume la situación mejor que otra cosa: de acuerdo, otros 20 días encerrados en el hogar-prisión, pero en cuanto esto acabe queremos elecciones. No, hay quien no traga con el sofisma socialista. O sociopodemita.