El IPC interanual del mes de julio cayó tres décimas y se quedó en el -0,6%, según ha informado el INE.

Con el dato de julio, la inflación encadena cuatro meses en negativo en tasa anual.

Las tasas negativas se deben, sobre todo, al efecto de la caída de los precios de la hostelería, que restan dos décimas de las tres que retrocede el IPC general.

En tasa mensual, el Indice de Precios de Consumo (IPC) bajó un 0,9% en julio en relación al mes anterior. 

El Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) sitúa su tasa anual en el –0,7%, cuatro décimas por debajo de la del mes de junio.

La tasa de variación anual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) disminuye cuatro décimas hasta el 0,6%, con lo que se sitúa más de un punto por encima de la del IPC general.

En cualquier caso, el peligro de deflación -como consecuencia de la caída de la demanda por la crisis sanitaria y económica- continúa latente...

Recordemos que la deflación o inflación negativa, en economía, es un descenso generalizado y prolongado -como mínimo, dos semestres según el FMI- de los precios de bienes y servicios motivado por una atonía de la demanda y un exceso de las capacidades productivas (oferta). La deflación normalmente está asociada a las recesiones y a las crisis económicas y financieras como ocurrió durante la Gran Depresión y la Gran Recesión, recuerda Wikipedia.