Consejo del Ministros, segundo del Estado de alarma. Enorme como el mar. Muy largo. Le preguntan los de la canallesca a la ministra portavoz, María Jesús Montero, por las ministras caídas (la vicepresidenta Carmen Calvo, que no se sabe si tiene el virus o no lo tiene, Irene Montero y Carolina Darias) y ‘Marisú’, muy en su papel, pide un respeto a la intimidad de las señoras ministras.

El Estado ofrece entre el 60 y 80% de avales sobre 20.000 millones de euros. Con eso, no se compensa la paralización de la economía durante un mes… de momento

Al parecer, no pide el mismo respeto que el estado de alarma ha decretado para 47 millones de españoles, vigilados día y noche por una policía a quien no le tiembla el pulso a la hora de inmiscuirse en la intimidad y privacidad de cualquiera. El Estado policial que el Gobierno ha creado, al parecer, no interfiere en la intimidad y en el libre albedrío de los españoles. Un pueblo que vende su libertad por miedo, perderá la libertad pero no el miedo.

Vamos con el Consejo de Ministros. El coronavirus ha provocado una crisis económica grave,  pero lo peor son las medidas de aislamiento y de liberticidio y la supresión total de la movilidad con el que el Ejecutivo intenta combatir el Covid y que han provocado un efecto-crisis superior al del propio virus.

Retrasa el pago de las cuotas de los autónomos pero no las elimina. Las empresas ya han iniciado una cascada de despidos masivos

Países como Reino Unido, dirigidos por un personaje que se ha resistido a recortar la libertad hasta el último momento, han optado, no por dar créditos, que al final hay que pagarlos.    

En cualquier caso, el Consejo de Ministros del martes 24 ha decidido ampliar otros quince días, hasta un mes, el confinamiento en su casa de la población española.

Pues bien, el IESE ya ha advertido que eso le costará al PIB española una caída del 10%, que traducido a puestos de trabajo podría significar 2 millones de empleos perdidos. Goldman Sachs es más optimista: habla de una caída del 9% pero con un déficit público disparado hasta el 10%.

No se sabe si el confinamiento detendrá al virus pero la parálisis impuesta por Sánchez va a destrozar a la economía. Lo primero es probable, lo segundo seguro

Frente a ello, Sánchez, reduce a una quinta parte (de 100.000 millones a 20.000) su gran solución: avales para créditos bancarios a autónomos y pymes (80%) y entre el 60 y el 70% para grandes empresas.

A ver don Pedro, imagínese usted al pequeño empresario al que usted ha obligado a cerrar su tienda de, pongamos, confección: ¿cree usted, señor presidente, que, sin ingresos, con los gastos fijos a pagar igual que si tuviera ingresos, se va a conformar con un crédito aunque tenga una aval del Estado por el 80%? Con ese aval es posible que el banco se lo conceda -total, la entidad va a cobrar igual, del Estado- pero a la pyme, al autónomo, no le servirá de nada. Para sacar adelante un proyecto no se necesita financiación: se necesitan clientes.

Un pueblo que vende su libertad por miedo, perderá la libertad pero no el miedo

Y por 20.000 millones de euros, no por 100.000. Recuerden la cifra mágica que nos vendió Pedro Sánchez. Era el doble: 200.000 millones de euros movilizados’. 

En este momento los autónomos, las pymes, y también las grandes empresas, están realizando, ya mismo, una cascada de despidos en cadena. Está por ver si el confinamiento ha servido para detener al virus pero lo que pocos dudan es que ha inoculado en la economía española un virus letal. Aquello es probable, esto es seguro.