Consejo de Ministros del martes 14 de abril. Monitorizar y modular. Me encanta el metalenguaje de la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno María Jesús Montero. Y sus imágenes, muy logradas. Ahora por ejemplo, asegura ‘Marisú’ que es el momento de “poner las luces largas”… justo las que deslumbran al prójimo.

Marisú sabe que la mejor mentira, la más eficaz, consiste en refutar al contrario, no con un no, sino con un sí. Se consigue, no negando una afirmación sino asegurando una verdad, a ser posible aprovechando un lapsus del adversario o sencillamente inventándose ese lapsus.

Pactos de Moncloa pero ni una cesión en el sectarismo socio-podemita

Aquí el lapsus se llama “expropiación” y el asunto son las nuevas ayudas a la vivienda, aprobadas por el Consejo de Ministros. Moncloa ha lanzado una consigna, recogida por todos los medios afines, que a, día de hoy, son todos los grandes medios: “No se trata de expropiar viviendas”. Hombre sólo faltaba. Pero lo cierto es que la nueva orden ministerial, impuesta por Podemos, permite exigir a la propietaria o de una vivienda que la alquile a quien le diga la autoridad y al precio que le diga la autoridad. Un atentado en toda regla contra la propiedad privada y su usufructo. No es una expropiación ni tan siquiera una incautación. Es simplemente un burla al propietario. La propiedad no es solo poseer sino disponer.

Pues Marisú se mueve en este metalenguaje como pez en el agua Y se ha vuelto a demostrar que el coronavirus ha traído el gran divorcio de la comunicación, verdadera columna vertebral de la actualidad en España. Por una parte, los grandes multimedia, que están con el Gobierno, es más, como si los editores fueran ministros, califica a todo aquel que se atreva a discrepar como un criminal, porque está acabando con vidas. Enfrente, los críticos con el Gobierno, agrupados en las redes sociales. 

Laboratorios privados en manos de sanidad, mientras RTVE asegura que es para evitar abusos

Prórroga para autónomos y pymes pero no condonación. Subsidios de desempleo porque “el Gobierno no puede evitar” los daños del coronavirus pero si paliar sus consecuencias. Sí, sí que podría haberlo evitado, por ejemplo, no reduciendo la movilidad a cero.

Por lo demás, el Consejo de Ministros ha dado lugar a poco más, al menos que hayamos conocido. 

El jueves, Sánchez habla con Casado. Como siempre, Moncloa diluirá su relevancia hablando con todos los partidos, sindicatos, ayuntamientos, entomólogos… Pactos de Moncloa pero ni una cesión en el sectarismo socio-podemita. Hasta el pepero Javier Moroto ha estado acertado en esta ocasión: Sánchez no quiere unos pactos de la Moncloa quiere unos pactos para quedarse en La Moncloa. Casado tendrá tanta relevancia como Baldoví, el diputado de Compromis.

Otra limosna envenenada, se retrasa pero no se condona los impuestos a autónomos y pymes

Laboratorios privados en manos de sanidad, mientras RTVE asegura que es para evitar abusos. Pues lo de siempre: para justificar el desastre de los test oficiales hay que echarle la culpa a los laboratorios privados.

Otra limosna envenenada a los autónomos: se retrasa pero no se condona los impuestos a autónomos y pymes.

El ingreso mínimo tardará “meses”. Una bofetada al podemita, porque lo cierto es que ya existe y podía renombrarse ya mismo

El ingreso mínimo, que Pablo Iglesias quería para ya, tardará “meses”. Una bofetada al podemita, porque lo cierto es que la renta única ya existe y podía renombrarse ya mismo sin aumentar el coste. Salvo que, y este es el rumor en el Gobierno, que al centrífugo que ocupa el cargo de vicepresidente segundo del Ejecutivo pretenda sumar a la actual renta única que oscila entre 450 y 500 euros al mes otros 500 euros mensuales pagados por el Gobierno central. En cuyo caso, alguien debería acompañar los ministros de Podemos al loquero.

Pero lo importante: la verdad hoy circula por las criticadas redes sociales.