Consejo de Ministros del 21 de diciembre, sito en Barcelona, que es una ciudad de España… como todos ustedes saben. Sánchez se ha hecho la foto con Torra y luego ha aprobado medidas que nos retrotraen a la Guerra Civil de 1936. Así, el Consejo ha aprobado la resurrección, recuperación y enaltecimiento del presidente de la Generalitat, Lluis Companys, responsable de la muerte de más de 8.000 personas y luego fusilado por Franco en 1940, según el informe del catedrático de Historia Contemporánea, Javier Paredes.

Y no acaba aquí la cosa. El próximo Consejo de Ministros viajero se perpetrará en Alicante, y entonces se enaltecerá a Juan Negrín -tampoco es coña- que debió reunir allí al último Consejo de ministros de la II República y que es conocido por el insulto habitual entre franquistas y otros malandantes: hijo de Negrín.

Igual que en el maltrato. La trampa de las agresiones sexuales: a la mujer hay que creerla, sí o sí

Está claro que Sánchez busca la convivencia entre españoles, o al menos entre los españoles, cuyo voto necesita para mantenerse en Moncloa.

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Más. El Consejo de Ministros ha servido para mejorar las relaciones entre el PSOE y Cataluña. Por supuesto que sí. Pero no para mejorar la convivencia entre los catalanes y el resto de españoles.

Por lo demás, Cataluña ha vuelto a mostrar sus contradicciones. Así, se podía ver a los bomberos de Barcelona mediar entre los mossos y los CDR. Sí, lo han oído bien: bomberos mediando entre policías y manifestantes.

Si en los tiempos duros de ETA a los políticos del PNV les salían hijos batasunos, en Cataluña las dos generaciones andan hermanadas, y los bomberos catalanes no se sabe exactamente a quien responden.

De postre, el aeropuerto de Barcelona que pasará a llamarse Josep Tarradellas. Al parecer, alguna lumbrera de Moncloa olvida que aquel gran catalanista que fue Tarradellas es hoy odiado como españolista que pactó con la derecha de UCD una autonomía coja que hoy les parece totalmente insuficiente. Vamos, que era un fachas.

Más funcionarios. Es decir, aún subirá más el peso del Estado en la Economía: un desastre

Y como no, subida de salario mínimo, hasta los 900 euros, una gran medida pero que va acompañada del reverso tenebroso, la subida, también por encima de 22% de las cotizaciones sociales. Es decir, que se disparará la economía sumergida.

Asciende el número de los funcionarios y suben su sueldo, al igual que las pensiones suben con el IPC. Entre ambas partidas (estos sí son gastos públicos) resulta que suman más de 8.000 millones de euros de aumento de gasto. A ver quien paga eso.

Y naturalmente más feminismo. El Gobierno utiliza la salvajada de Bernardo Montoya para suprimir el abuso sexual y dejar las figuras en dos: agresión sexual y violación (cuando hay penetración). De acuerdo, pero el problema es el ya preanunciado para esta reforma legal por la archi-mega-feminista Carmen Calvo: “A la mujer hay que creerla sí o sí”. Así se carga la presunción de inocencia de la mitad del población.

¿Aeropuerto Josep Tarradellas? Pero si para los Puigdemont era un fachas…

Como decía la podemita Carmena: toque de queda para todos los varones: que no puedan salir a la calle entre las 23,00 y las 7,00 horas. Así no podrían violar a ninguna mujer. Y si les encierras en casa las 24 horas del día… pues no podrían agredir sexualmente a nadie y, además, acabaríamos con el paro femenino.

Y por cierto, que no falte el laicismo gubernamental. La ilustra Isabel Celaá se despide de todos y todas, periodistas y periodistos, con un "felices fiestas" y aunque un periodista catalán, tirando a separatista, le deseo´ó "feliz Navidad", ella, la ilustre exalumna del colegio Sagrado Corazón, respondió con un muy genérico "felices fiestas".