Consejo de Ministros del viernes 25 de mayo. Aparece Mariano Rajoy, precedido por la práctica totalidad de sus miembros del Ejecutivo, con Dolores de Cospedal a la cabeza.

Habla mucho de Pedro Sánchez y poco de Albert Rivera. A lo mejor es un error. El caso es que el secretario general del PSOE ha presentado una moción de censura dos días después de que el Ejecutivo consiguiera aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2018… lo que proporcionaba una “estabilidad política para este país”.

Pero no arremete contra Ciudadanos, que exige elecciones

Y ahí don Mariano se ha lanzado en tromba: la moción de censura es perjudicial para la economía. “No hay más que ver como están funcionando los mercados y la prima de riesgo”, aseguró, en referencia a un IBEX-35 que caía más que ninguna plaza europea y con una prima de riesgo al alza.

En su monólogo, Rajoy recordó que “el PSOE tiene 84 diputados” el número más bajo de toda la Transición democrática. Sánchez puede pactar con ERC, PdeCat, Bildu y Compromís: “Un Gobierno con estos apoyos es inviable: el señor Sánchez lo sabe pero a él le da igual”.

Por primera vez, Rajoy comenta una sentencia en público: la de Gürtel no es para tanto

La sentencia de Gürtel: Rajoy recuerda lo siguiente:

  1. Va a ser recurrido. El presidente del Tribunal ha hecho un voto particular. No se ha condenado a ningún miembro del Gobierno.
  2. Además se refiere a Pozuelo y Majadahonda en hechos que se produjeron en el año 2003.
  3. La sentencia condena a una responsabilidad civil y no penal del PP, porque el PP no conocía los hechos de Pozuelo y Majadahonda.
  4. El PP ha sido condenado por lo civil, no por lo penal.
  5. La moción es una excusa de Pedro Sánchez que ya en su día tuvo a España sin gobierno durante nueve meses.
  6. ¿Cuando condenen al PSOE del País Valenciano o el acuerdo de los ERES, ¿va a dimir el señor Sánchez?” La moción no es la consecuencia de nada. En su día, Sánchez tuvo a España sin Gobierno durante nueve meses y ahora está dispuesto a formar Gobierno con cualquiera.

En definitiva, Rajoy se enroca en Moncloa, dispuesto a resistir como sea. Ahora bien, sí es cierto que la oposición exagera la Gürtel y que aquí, eso que llaman interés general, eso que llamaban el bien de España, le importa un bledo a todo el mundo.